Internacional

Presidenta argentina ensalza su gestión en tono de despedida apoyada por militancia

La presidenta argentina Cristina Fernández movilizó este domingo una multitud para su último discurso de apertura de sesiones del Congreso antes de las elecciones de octubre, donde reivindicó los 12 años de su gestión, aparentemente aliviada del sacudón político por la muerte de un fiscal que la denunció.

Elocuente y enfática, la presidenta de 62 años se tomó casi tres horas para detallar los logros de sus planes de subsidios sociales, defender los millonarios acuerdos comerciales firmados en febrero con China, cuestionar el poder Judicial e incluso anunciar un proyecto para estatizar los ferrocarriles.

En las afueras una masiva concentración de militantes la seguía con cánticos y aplausos eufóricos en pantallas gigantes.

Pasada las tres horas de discurso, Kirchner abordó el tema que la tuvo contra las cuerdas los dos últimos meses: el atentado contra el centro judío Amia de 1994 y la denuncia en su contra por encubrimiento que presentó el fiscal Alberto Nisman cuatro días antes de aparecer muerto con un balazo en la cabeza, la víspera de explicar su acusación en el Congreso.

“Han pasado 21 años y no tenemos un solo condenado, ni un solo preso” por el atentado a la Amia en 1994 que dejó 85 muertos y 300 heridos. “No me vengan a hablar de la Amia a mí”, dijo visiblemente molesta por unas pancartas sobre el tema que exhibieron algunos diputados opositores.

El 10 de diciembre Kirchner entregará el poder al sucesor que resulte de las elecciones generales del 25 de octubre.

En este fin de ciclo, miles de militantes se agolparon en las afueras del Congreso, organizados en columnas identificados por colores y carteles.

“Los que traicionan se van con Massa, nosotros somos los soldados de Cristina”, en alusión al precandidato de centroderecha, el diputado Sergio Massa, exjefe de gabinete de Kirchner y ahora tercero en las encuestas de intención de voto.

Numerosas familias con hijos pequeños llegaron a los alrededores del Congreso argentino con globos, banderines y pancartas con mensajes como “Continuará” o “Cristina es pueblo”.

Entre la multitud sobresalían figuras gigantes con la imagen del fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y otros que simbolizan a los “enemigos” de la presidenta, entre ellos un juez con cara de buitre, en alusión a la pelea con los fondos especulativos en Estados Unidos.

– Fin de ciclo militando-

La presidenta, una peronista de centro-izquierda que sucedió a su fallecido esposo Néstor Kirchner, termina su segundo mandato sin derecho a aspirar a otra reelección.

La movilización buscaba contrarrestar una marcha realizada el 18 de febrero y organizada por fiscales opositores, a la que se sumaron más de 100 mil personas exigiendo justicia por la muerte del fiscal Alberto Nisman.

Pero Fernández llegó a este último gran acto constitucional aliviada por la decisión del juez federal Daniel Rafecas que el jueves desestimó la denuncia de Nisman por “inexistencia de delito” en un fallo contundente.

El caso Nisman dividió al país entre quienes consideran al fiscal una víctima del gobierno y quienes denuncian un complot internacional para desacreditar a Fernández impulsado por exagentes de los servicios de inteligencia echados de sus puestos el 17 de diciembre pasado.

– Precandidatos en la sala –

Fernández estuvo rodeada de todos los precandidatos del oficialismo que sueñan con sucederla en la Casa Rosada.

Entre ellos, el mejor ubicado en las encuestas es el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, un aliado de la presidenta a pesar de ser un peronista de centroderecha.

Entre los miembros del gabinete, lleva la delantera en los sondeos el ministro del Interior, Florencio Randazzo, pero también se postula como candidato el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández.

La apertura de sesiones duró casi cuatro horas y estuvo presidida por el titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, otro precandidato del oficialismo, en ausencia del controvertido vicepresidente Amado Boudou, procesado por presunta corrupción.

Boudou viajó a Montevideo para la asunción del electo presidente de Uruguay Tabaré Vázquez.

El derechista alcalde de la capital, Mauricio Macri, que viene creciendo en las encuestas, se dijo “listo para nuevos y grandes desafíos” al dar su último discurso de apertura de sesiones de la Legislatura (parlamento de Buenos Aires).

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