“Entré en pánico. No soy una camarógrafa racista y sin corazón”, asegura esta mujer de 40 años, que fue interrogada por la policía el jueves por la noche en el marco de una investigación criminal abierta por la justicia húngara.
Las imágenes de la mujer dando patadas a migrantes y haciendo una zancadilla a otros, entre ellos niños, provocaron airadas reacciones el martes en Hungría y en el extranjero, en momentos en que este país ya es muy criticado por su actitud ante los migrantes.
N1TV, la cadena de televisión afín a la extrema derecha que empleaba a la mujer, anunció el martes su inmediato despido por su comportamiento “inaceptable”.
“Estaba filmando cuando centenares de refugiados rompieron un cordón policial. Uno de ellos tropezó conmigo y entré en pánico” explica en su carta abierta Laszlo, que hasta ahora no había reaccionado públicamente.
“Como madre, lamento que fuera un niño el que tropezara conmigo, y que yo no me diera cuenta”, añade. “Estoy conmocionada por lo que he hecho, pero también por lo que me han hecho” , agrega.
Un “muro de la vergüenza” en una página Facebook, que incluye fotos, videos y comentarios sobre el incidente, ha recibido el apoyo de miles de internautas.
“No merezco esta cacería de brujas, ni las calumnias ni las amenazas de muerte” indica la reportera. “Apenas soy una mujer, hoy madre desempleada, con hijos pequeños, que tomó una mala decisión en un momento de pánico”.