El popular Mr. Bean -un bufón patoso e inoportuno, que apenas habla-, cuyas series se han vendido en todo el mundo, hizo su última aparición el pasado agosto en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres.
“Las cosas que me han reportado más éxito comercial -básicamente, muy físicas, muy infantiles-, siento que cada vez voy a hacerlas menos”, afirma el cómico en la entrevista.
“Además de que tu habilidad física empieza a declinar, también creo que alguien en la cincuentena comportándose de forma infantil empieza a ser un poco patético. Hay que ir con cuidado”, añade.
El actor, que también protagonizó la serie cómica Black Adder, quiere concentrarse en interpretar papeles más serios, tras el éxito de su intervención en el papel de Fagin en el musical Oliver, estrenado en 2009 en Londres.
El actor se prepara ahora para hacer su debut en una obra de teatro “convencional” como uno de los protagonistas de una nueva versión de Quartermaines term de Simon Gray, sobre varios profesores de inglés en una escuela de Cambridge.