El caso se originó el viernes cuando un médico de seguridad social aplicó en el centro comunitario de la humilde localidad La Pimienta, del municipio de Simojovel, vacunas contra Tuberculosis y Hepatitis B a 52 bebés.
Pero muchos bebés comenzaron a tener problemas, y el sábado el IMSS reportó que dos bebés habían fallecido y otros 29 hospitalizados.
El martes recién pasado permanecían hospitalizados 24, de los cuales diez fueron dados de alta.
En cuanto a los bebés que se encontraban graves, la cifra bajó de seis a cuatro, indicó el funcionario.
Tras analizar el lote de vacunas aplicadas en esa comunidad de Chiapas, se encontró “contaminación externa local ajena a la vacuna.”
“La contaminación viene de fuera y se han encontrado ciertas bacterias. Falta determinar el tipo de bacteria y el origen de la contaminación externa”, añadió el funcionario.
El gobierno está tan seguro de que esa contaminación está focalizada sólo en el lote llevado a esa localidad de Chiapas, que “se va a continuar todas las acciones de vacunación (en el resto del país) debido a que no hay un riesgo”, añadió el funcionario.
El único lote que ya no se usará es el que fue enviado a Simojovel.
Muchas comunidades indígenas de Chiapas, uno de los estados más pobres del país, se encuentran alejadas de las ciudades y carecen de servicios de salud.
Médicos de la seguridad pública realizan brigadas para llevar las vacunas básicas a estas poblaciones.
El párroco de Simojovel, Marcelo Pérez, destacado defensor de derechos humanos en la zona y uno de los interlocutores entre las familias y las autoridades, indicó que este caso es una muestra de las carencias que tienen las comunidades indígenas de ese municipio, una población que desde hace años viene reclamando un hospital, dotado del equipo y el personal necesario.