Podemos, que apostaba por la victoria, figura como tercera fuerza con un 14.8% de los votos y 15 diputados, por detrás del Partido Popular del presidente del Gobierno conservador español Mariano Rajoy, que obtiene un 26.7% de sufragios y 33 diputados.
El retroceso de los grandes partidos, sin embargo, se deja notar: del 80% de los votos en 2012 pasan al 62% en estos comicios, los primeros de un frenético ciclo electoral con municipales y regionales en trece comunidades en mayo, comicios en Cataluña en septiembre y legislativas a final de año.
Tras seis años de dura crisis y numerosos escándalos de corrupción, el “cambio” se convirtió en la palabra de moda de la campaña andaluza. Incluso el PSOE, tras 30 años de gobierno en la región, prometía un “cambio seguro” mientras que el PP, apoyándose en la incipiente recuperación económica del país, propugnaban un “cambio tranquilo” .
Más de 1.3 millones de personas se encuentran sin empleo, el 34.2% de la población activa, un récord entre las regiones europeas. Entre los jóvenes, muchos de ellos sin estudios, la tasa se acerca al 60%.
Un escándalo de corrupción por presunta malversación de fondos destinados a fomentar la formación profesional agravó todavía más la indignación.