El desafío a la legislación previa fue realizado por las familias de dos mujeres de la provincia occidental de British Columbia y fue apoyado por grupos defensores de las libertades civiles.
Una de las mujeres, Gloria Taylor, murió de una infección tras padecer una enfermedad neurodegenerativa.
La otra, Kay Carter, viajó a Suiza, donde le fue permitida la práctica del suicidio asistido por un doctor. Antes de morir, la mujer de 89 años dijo sentirse aterrada de “morir pulgada a pulgada” .
La decisión del tribunal revoca una sentencia de 1993 en el caso de Sue Rodríguez, una pionera en la lucha por el derecho a morir en Canadá.
La decisión tomada por unanimidad el viernes ilustra el cambio de valores sociales que en los últimos años ha estado teniendo lugar en ese país.