Internacional

Habitantes de Ucrania claman por paz, ya sea por los proucranianos o los separatistas

"Proucranianos o separatistas, me da igual, lo único que quiero es que haya de nuevo paz", afirma una médica del hospital Dokuchaivsk, en el este de Ucrania, bajo control rebelde, agotada por meses de bombardeos.

DOKUCHAIVSK. – Irina no quiere dar su apellido. “Era favorable a las ideas proeuropeas durante la contestación de Kiev y siempre he sido una patriota ucraniana. Pero hoy, ya no me importa nada, lo mismo me da convertirme en rusa o ser ucraniana con tal de que termine la guerra”, explica esta habitante de la “República popular de Donetsk” (DNR), dirigida por separatistas prorrusos.

Irina trabaja en el hospital de esta ciudad de 24 mil habitantes, situada a unos 40 kilómetros al sur de Donetsk.

La maternidad tuvo que ser evacuada y cerró después de la caída de cohetes Grad en el patio del hospital el sábado, que hicieron saltar por los aires los cristales de alrededor. “Había cinco mujeres en ese momento en el edificio y un bebé”, cuenta Irina mostrando las ventanas cuyos cristales fueron sustituidos por plásticos.

Dokuchaivsk quedó en la línea de frente y las primeras posiciones ucranianas se encuentran ahora a una decena de kilómetros de allí a vuelo de pájaro.

“Los bombardeos comenzaron en otoño y se intensificaron desde enero. Es la tercera vez que nuestro hospital es alcanzado por obuses”, precisa el médico jefe del hospital, Sergei Petrovich. Unos sesenta enfermos siguen en el hospital. “Recibimos ayuda humanitaria, sobre todo de Médicos sin Fronteras y de la Cruz Roja Internacional. También tenemos dos generadores en el departamento de cirugía”, añade.

Varios periodistas de la AFP en el lugar oyeron el martes varios disparos de fuerzas ucranianas con lanzacohetes múltiple Grad.

“Tenemos un sótano grande que puede servir de refugio. pero no nos avisan de cuándo caerán los obuses”, protesta Sergei Petrovich.

– “Casi todos los días” –

Nadejda Jdanova, de 76 años, es una de las pacientes que se quedó en el hospital. “Llegó el 5 de febrero, después de haber resultado herida en un bombardeo”, explica el médico. “Mi casa quedó completamente destruida. Oí un enorme ruido y después no me acuerdo de nada”, cuenta la anciana, que no puede andar.

Cerca del hospital, Vladimir Ivanovich, de 47 años, instala lonas de plástico en las ventanas. “Nos disparan casi todos los días. Cuando podemos, nos refugiamos en el sótano, pero no siempre tenemos tiempo”, cuenta Vladimir. Todas las ventanas de su edificio de cuatro plantas, en el centro de Dokuchaivsk, reventaron por los obuses caídos el sábado. “Afortunadamente, no ha habido muertos. También se debe a que no queda casi nadie en el edificio. Muchos habitantes se fueron después de los bombardeos de finales de enero, que causaron muertos en nuestro barrio”, añade.

“Debe de quedar alrededor de un tercio de la población respecto a la de antes de la guerra en Dokuchaivsk. Los otros huyeron de la ciudad”, asegura Irina.

ESCRITO POR: