Internacional

Vallejo admite haber dado acceso a documentación vaticana pero bajo presiones

El sacerdote español Lucio Vallejo, acusado de filtrar documentos reservados del Vaticano, admitió hoy haber dado acceso a archivos con datos financieros a los periodistas, pero dijo que lo hizo bajo la presión de la italiana Francesca Chaouqui, también imputada.

La audiencia de este proceso penal comenzó en el tribunal vaticano a las 15.30 locales  (14.30 GMT) con el estudio de unas cuestiones técnicas y una hora y media después continuó con el interrogatorio de Vallejo por el fiscal Piero Milano.

El sacerdote riojano admitió ante el fiscal y, después, ante su abogada haber facilitado al periodista Gianluigi Nuzzi, también imputado por publicar los documentos en un libro, las 85 contraseñas relativas a archivos que conservaba en su correo electrónico.

No obstante, aseguró que nunca le entregó documentos en papel.

Aunque confesó haber facilitado las contraseñas a Nuzzi, también expresó su sospecha de que anteriormente alguien había entrado ya en su correo electrónico.

Durante su comparecencia, de tres horas, hizo hincapié en las presiones y chantajes que supuestamente recibió por parte de Chaouqui tras terminar sus labores en mayo de 2014 la comisión investigadora de las finanzas vaticanas que integraban, la COSEA, instituida por el papa Francisco para poner orden en las cuentas de la Santa Sede.

Estas presiones, afirmó Vallejo, se debían al deseo de la italiana de continuar trabajando en el Vaticano e incluso le llevaron a solicitar un informe psicológico.

En concreto, aseguró haber sido amenazado y chantajeado por Chaouqui y su marido, Corrado Lanino, que además era el encargado de todo el entramado informático de la COSEA.

Para presionarle, según el sacerdote, ella le dijo que pertenecía a los servicios secretos y Vallejo afirmó que en algunos momentos sintió que le vigilaban.

Por otro lado, el fiscal citó los testimonios de varias personas que habían trabajado en la Prefectura económica y que acusaban a Vallejo de haber creado una asociación secreta para ocuparse de las economías de la Santa Sede, lo que el imputado negó tajantemente.

En este proceso penal se investiga la filtración y publicación de documentos sobre las finanzas vaticanas y en él permanecen imputadas cinco personas: Vallejo, Chaouqui, el administrativo Nicola Maio y los dos periodistas que los divulgaron en sus libros, Nuzzi y Emiliano Fittipaldi.

En la vista de el lunes estuvieron presentes todos los acusados a excepción de Nuzzi, que se encontraba en Milán preparando la vista de otro proceso y que ha sido declarado en contumacia.

La sesión continuará mañana a las 10.30 locales  (09.30 GMT) , cuando Vallejo deberá responder a las preguntas de los abogados del resto de imputados.

Habrá una vista durante la tarde de mañana y las siguientes audiencias, en las que deberán declarar los imputados, se celebrarán el próximo viernes y el lunes y el martes de la próxima semana, con sesiones matutinas y vespertinas.

En la última de las audiencias celebradas, el 30 de noviembre del 2015, se admitieron 12 testigos, entre ellos el secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, y el cardenal español Santos Abril y Castelló, presidente de la comisión cardenalicia de vigilancia del banco vaticano y arcipreste de la Basílica de Santa María Mayor.

Pero aún se desconoce cómo y sí acudirán a declarar en el proceso, conocido como “Vatileaks 2” , en alusión al escándalo sobre la divulgación de la correspondencia privada del papa Ratzinger en el 2010.

Por su parte, los dos periodistas enjuiciados han siempre rechazado las acusaciones de haber realizado presiones para obtener los documentos y se han amparado en la libertad de prensa para publicar el material que se les entregó.

Durante estos tres meses de interrupción han emergido numerosas teorías e incertidumbres sobre el ritmo en el que se procederá o sobre el modo en el que podría concluir el juicio, barajándose entre las opciones un posible perdón del papa Francisco.

El Sumo Pontífice no ha ocultado su malestar por este caso y durante el ngelus dominical del 8 de noviembre lo calificó abiertamente de “acto deplorable” , para expresar después su determinación a continuar con sus reformas.

Los documentos han servido para nutrir los dos libros de los periodistas en los que se da cuenta de irregularidades financieras en el Vaticano antes de las reformas de Francisco o de los excesos de gasto cometidos en algunos casos por cardenales.

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