Con gafas oscuras, perfecta sincronía y moviendo todo el cuerpo, Mikayla, de 25 años, y su padre Nathan, de 45, dieron la sorpresa del casamiento.
El número musical de la noche estuvo acompañado por música movida que puso a aplaudir a los 400 invitados.
“Soy su hija mayor, y la única mujer, así que era su última oportunidad para hacer algo así. Pasó años hablando de hacerlo y finalmente me convenció”, dijo Mikayla al programa Good Morning America.