En el interior se encontraba Anderson Flores, de dos años, pero afortunadamente la pronta acción de su padre, Salvador Ramírez, de 29 años, hizo que el pequeño siguiera con vida, según relató el portal El Heraldo.
La hipótesis de los bomberos señaló que el pequeño encendió unos cerillos cuando se encontraba en su cama, el colchón ardió en llamas y el fuego se propagó por la vivienda.
La iniciativa de Ramírez fue rescatar a su pequeño. Sin embargo, él resultó con quemaduras de segundo y tercer grado en sus brazos y tórax. Por otra parte, el pequeño resultó ileso.
Luego del rescate, ambos fueron atendidos por los bomberos por haber inhalado humo. Ramírez fue llevado a un centro hospitalario donde fue atendido y tratado por las quemaduras.