El campesino contó que los cerditos se prenden a las mamas de Yeti “cada vez que tienen oportunidad” y “lloran y gruñen cuando” la perra, que también adoptó a un cachorro huérfano, “se siente cansada por el asedio y abandona” la casa.
El veterinario Sergio Rodríguez explicó que, pese a la preferencia de los cerditos por la leche de Yeti, es la de su madre, más rica en grasas, vitaminas y proteínas, la que les “proporciona los componentes nutricionales necesarios para su desarrollo”.
El experto destacó que ese tipo de adopciones “son excepcionales” en el mundo animal y que los cerditos quizás pudieron sentirse tentados porque el sabor y la temperatura de la leche de todos los mamíferos son similares.
En cambio, Santamaría aseguró que “Yeti corresponde así al amor recibido”, pues después de pasar algunos años en la calle, “llegó un día” a su casa “sin previo aviso y nunca más se marchó”.