Fingiendo ser un familiar de la finada, contactó con otra familia que había perdido recientemente a uno de sus hijos para venderle el cadáver de la joven por 25 mil yuanes (unos US$3 mil 900).
Junto a dos cómplices se dirigió a la tumba donde la joven había sido enterrada, el pasado sábado por la noche, pero varios vecinos fueron testigos de la posterior profanación y lo denunciaron a la policía, según informó hoy la agencia oficial Xinhua.
Las bodas entre cadáveres son una práctica que aún pervive en la China rural y que descansa en la extendida idea de que los fallecidos van a un mundo de ultratumba en el que tienen las mismas necesidades que en éste (lo que explica también que sus familiares quemen falsos billetes de banco o automóviles hechos de papel).
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El “minghun” establece que si alguien fallece soltero, especialmente en su juventud, debe ser casado y enterrado con un cónyuge que haya dejado este mundo en similares circunstancias, o de lo contrario las dos familias tendrán mala suerte.
En 2012, tres personas asesinaron a una mujer embarazada en la provincia de Shaanxi, también en el norte del país, para la práctica de esta tradición, un incidente que se respondió con llamadas de los medios oficiales chinos a acabar con la tétrica costumbre.