ALEPH

A la Virgen, el milagro

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Todavía hay quienes recuerdan a los liberacionistas de los años 70, llevando a su Cristo de Esquipulas mientras coreaban el “Dios, Patria y Libertad”. Aprovechando que es agosto y que hay una especie de tormenta perfecta, ¿por qué no pedirle entonces (y por fines bastante más nobles) a la Virgen de la Asunción, patrona de la ciudad capital, que nos haga el milagro de que el deslegitimado Pérez Molina deje la presidencia y que, en estas condiciones, no haya elecciones?

Yo sigo creyendo que es posible, urgente y necesario que se vaya el presidente, si queremos ir cambiando las cosas de fondo. Y si la santa patrona no quiere saber de asuntos políticos y terrenales tan oscuros, entonces hay que pedirles a quienes se sienten patrones de Guatemala que oigan los retumbos de una democracia que se está abriendo camino. Si limpiamos los procesos desde la base, refundamos una nación; si solo los maquillamos, no se valen luego las quejas.

Algunos hablan de defender la democracia, y por eso defienden el llegar a elecciones en estas condiciones. Vaya eufemismo. ¿A cuál democracia se refieren? ¿A cuál institucionalidad democrática aluden? Tenemos todas las cortes secuestradas, las reformas a la LEPP fracasaron, el Tribunal Supremo Electoral está más vulnerable que nunca, todos los candados legales están puestos en cada puerta de este callejón, y siguen vigentes las mañas históricas de los sectores de poder político y económico. En este contexto, estaríamos siendo cómplices de un fraude electoral de monumentales dimensiones. ¿Y a esto le llaman democracia?

Estamos tan confundidos que, con tal de no votar por ningún político tradicional (con lo cual muchos estamos de acuerdo), vamos a votar por culpa y castigo a favor de los “nuevos”, sin saber ni quiénes son. Y por quitar a la marea roja, podríamos poner con demasiada prisa a otras mareas nacionalistas de corte fascistoide a gobernar, sin habernos informado bien antes. Podríamos pasar de lo muy malo a lo peor en una sola elección.

Por eso tendríamos que tener más tiempo para sacar a este presidente, poner un gobierno de transición con todo y su gabinete nuevo por un tiempo prudente, y correr la fecha de elecciones. ¿Cuál es la prisa, si lo que importa es la democracia? Muchas cosas se están moviendo en Guatemala, pero casi todas para sostener este orden antidemocrático. Muchos “gatíos” están esperando su turno en el banquillo de los acusados, pero los grandes ya hasta del país salieron. Muchos políticos tradicionales ya están haciendo las cuentas de cuánto sacarán de su paso por el próximo gobierno. Muchos financistas de la corrupción están asegurándose ya que el próximo gobierno les cuide bien sus intereses. En medio de todo, EE. UU. y China hacen fuertes pulsos en nuestro país y la región.

Esto me recuerda el Ensayo sobre la Lucidez (de Saramago): en un día de elecciones, la mayoría de electores decide votar en blanco. El gobierno decreta repetirlas una semana después, y el voto en blanco aumenta. Ninguna represión posterior del gobierno hace cambiar los resultados.

cescobarsarti@gmail.com

ESCRITO POR:

Carolina Escobar Sarti

Doctora en Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Salamanca. Escritora, profesora universitaria, activista de DDHH por la niñez, adolescencia y juventud, especialmente por las niñas.