LA ERA DEL FAUNO

Al rescate de la AEU

Juan Carlos Lemus @juanlemus9

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Estudiantes de la Universidad de San Carlos de Guatemala intentarán recuperar y devolver su transparencia a la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU). Muchos sabemos que desde hace más de una década, esa asociación no representa los intereses estudiantiles ni populares. Hay algo peor, y así lo comparte Ricardo Sáenz de Tejada en su ensayo #Usac es Pueblo: “Para principios del siglo XXI, con la complicidad de las autoridades universitarias, un grupo de personas, más delincuentes que estudiantes, lograron hacerse del control de la AEU y ponerla al servicio de intereses partidistas y criminales. Ante esta situación, ampliamente documentada, los estudiantes optaron por alejarse del movimiento estudiantil y, pese a que en varias unidades académicas existen asociaciones comprometidas con los intereses estudiantiles, estas no han podido articular un movimiento que rescata a la AEU”.

Es decir, no solo ha mantenido silencio sino que además podría estar bajo el control de una estructura criminal. Los estudiantes que han salido a las calles durante estas jornadas de protesta desde abril no han sido de la AEU, sino sancarlistas agrupados bajo el lema #UsacEsPueblo y otros colectivos dentro de la Usac; representantes de las diversas facultades y escuelas que asumieron ese rol de acompañamiento que históricamente ha cumplido la tricentenaria.

Tales estudiantes han propuesto cambios concretos y han tomado la plaza junto con los demás sectores, pero saben que ahora tienen que recuperar y democratizar la AEU porque es el principal bastión universitario, el brazo elemental, histórico, que no debe contrariar los intereses populares ni proteger microsistemas de corrupción.

Los sectores que velan por los derechos humanos, la sociedad civil, estudiantes, activistas y cuantos estamos interesados en los cambios sociales bien haríamos en seguir de cerca esta valerosa incursión estudiantil en las estructuras de la AEU, pues correrán riesgos que van desde poner en peligro su carrera hasta su vida.

Parece mentira que sea necesario cuestionar seriamente a la AEU, institución que en la historia ha sido útil y ejemplar. A principios del siglo XX fue parte importante del derrocamiento del dictador Manuel Estrada Cabrera; jugó un rol trascendental en 1944, cuando en alianza con el magisterio derrocaron al dictador Jorge Ubico; durante el gobierno de la revolución aportó mentes brillantes al gobierno democrático de Juan José Arévalo. La AEU —nos recuerda Sáenz de Tejada— en 1978 fue duramente golpeada con el asesinato de Oliverio Castañeda de León, época en la que los universitarios fueron perseguidos, asesinados y obligados a salir del país. Precisamente, la AEU lleva el nombre “Oliverio Castañeda de León”, su secretario general que organizó protestas y denunció el terrorismo de Estado que acabó con su vida; Oliverio, un verdadero referente de la lucha por los derechos humanos; Oliverio, nombre que le queda grande, enorme, a la actual AEU sospechosa de estructurar el crimen organizado.

#UsacEsPueblo publicó su primer comunicado. Puede leerlo en redes.

@juanlemus9

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