URBANISMO Y SOCIEDAD
Alea iacta est
Como ciudadanos, los guatemaltecos han sido llamados a escoger sus autoridades desde hace cuatro años y he aquí, que después de este tiempo, el panorama de la Polis se ve tan negro como la noche. Pero como expresó Julius Caesar al cruzar el río Rubicon: “Alea jacta est”; es decir, “La suerte está echada”, y esto se ve plasmado actualmente en su lucha. A través de la historia, se enfrentan con un muro de impunidad, de corrupción y del crimen organizado, con el cual las nuevas generaciones guatemaltecas no habían vivido. Algo que las viejas generaciones ya vieron con anterioridad, durante el conflicto armado interno, cuando se permitieron muchas mafias que se involucraron en el conflicto armado, civiles o militares.
Pero fue la Cicig quien, al mando del comisionado colombiano, Iván Velásquez, con el apoyo de la DEA, vino a llamar la atención a los guatemaltecos para que despertaran de este mundo político en que se ha vivido desde los acuerdos de paz. Es un viejo lobo, ”que entre 1991 y 1994 ocupó el cargo de Procurador Departamental de Antioquia, donde le correspondió adelantar investigaciones relacionadas con torturas llevadas a cabo por organismos como la Unidad Antisecuestro y ejecuciones extrajudiciales cometidas por la fuerza pública, y abusos contra la población civil por tropas en sus acciones antiguerrilla” (ONU). Las nuevas generaciones con los medios de información, como internet y smartphone, les ha permitido comunicarse y ver a quienes han tomado el Estado para enriquecerse a costa de fondos privados y sobrevaloración de obras. Y que los puestos públicos tengan un valor económico en relación directa a lo que representan dentro del proceso corrupto.
Así ha sido la población urbana, ha creado su propio laberinto a través de redes sociales. O como decía Miguel de Cervantes: “La vida es como un boomerang, que lo que hagas, sea bueno o malo, te lo devuelve”. Así intenta cambiar el mundo y luchar contra las injusticias a través de su obra maestra de Don Quijote. Es así como luchan contra los Molinos de viento, planteando reformas como: “La Ley Electoral y de Partidos Políticos”, para evitar financiamientos; “La Ley de compras y contrataciones”, para que los candidatos se comprometan con empresas, no con la población”. La “Ley de Servicio Civil”, para profesionalizar la administración pública y quitar el empirismo. Pero que lo haría un Congreso de los mismos y que la Coordinadora Estudiantil Universitaria (CEUG) no acepta.
Existe un Presidente, como “El Padrino”, que no renuncia, pues está cubierto por los poderes económicos y no por asuntos legales, como dice, quien apantalla esta estructura corrupta expulsando ministros para neutralizar al sistema en crisis. Así que lo que pasa no es el “fracaso del Estado”, como dicen, sino de un sector privado que ha estructurado partidos y funcionarios que han generado esta corrupción. Por lo que la población politizada ve en las elecciones la continuación de este sistema político corrupto. Ante esto surge la gran incógnita: ¿habrá elecciones?