Amor verdadero
Pude meditar sobre el significado del amor. ¿Qué es y cómo expresarlo de manera genuina? Se define como un sentimiento del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro o la unión con otro ser. También como un sentimiento hacia otra persona que nos atrae, nos completa, alegra y da energía para vivir. Llegamos incluso a reducir el amor a la unión sexual.
Desde esta perspectiva, el amor puede ser volátil, pasajero, condicional y destructor. Termina cuando ya no hay atracción, cuando el otro ya no llena mi vida o me brinda la energía para vivir, peor aún, cuando el placer ya no es el mismo. Produce relaciones débiles que no perduran: matrimonios sin compromiso, padres irresponsables, familias desintegradas y seres humanos carentes de amor al prójimo. Se trata de un amor egoísta, impaciente, envidioso, injusto, arrogante, ofensivo, que solo busca lo suyo, cuyos efectos son evidentes: violencia, abuso, abandono, marginación, maltrato y deshonra.
Lo contrario es el amor verdadero, puro, sincero, cuya base es la convicción que produce fidelidad, compromiso y responsabilidad mutua tanto del hombre hacia la mujer, del padre hacia sus hijos y de cada uno hacia sus semejantes. El amor genuino sabe esperar, no pide pruebas, no se comporta indecorosamente, sino busca la honra del ser amado. No hay envidia ni arrogancia, se compromete, no abandona jamás. Es un amor sacrificial que nada espera para sí mismo, que aprende a perdonar las faltas sin condiciones porque sabe que el verdadero amor cubre multitud de pecados.
¿Puede el ser humano amar de esta manera? Es imposible hacerlo sin haber experimentado primero el amor de Dios por medio de su hijo Jesús, la máxima expresión del amor. Esta experiencia nos capacita para amar de manera genuina, haciéndose evidente en el amor al prójimo, iniciando con aquellos a quienes les debo fidelidad y compromiso: cónyuge, hijos, padres, hermanos, abuelos, etc. pero va más allá de nuestro círculo íntimo, demanda también la expresión a todo aquel que pueda socorrer en momentos de necesidad, a quien puedo levantar cuando cae, a quien puedo consolar en medio del dolor, a quien puedo perdonar a pesar de las ofensas.
La humanidad necesita este tipo de amor porque edifica, dignifica y restaura la vida de las personas, cuyos efectos permanecen para siempre. Solo el amor verdadero que viene de Dios es capaz de destruir el odio y el egoísmo, quebrantando el yugo de la indiferencia ante la necesidad de los demás.
Bueno es agradar con presentes, pero es mejor si nuestras expresiones de cariño son antecedidas por la fidelidad, el compromiso y el perdón.
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