FLORESCENCIA

Burbuja

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La semana pasada fue de viajes para mí. Pasé horas en distintos aeropuertos. Me di cuenta de que había mucha gente intentando hablar inglés para ser comprendida por los operadores de las aerolíneas. Esto me hizo reflexionar sobre la importancia que representa el hablar más de un idioma. Mi itinerario de cuatro días, ida y vuelta, abarcó Miami, Nueva York, Los Ángeles y Guatemala. En cada aeropuerto vi que el común denominador son las escenas emotivas, las prisas y conversaciones diversas.

Llegando a Guatemala, me di cuenta de que el trajín no es menos y los embrollos con los idiomas tampoco lo son. Esto me llevó a darme cuenta de que muchas veces vivimos en nuestro propio mundo, donde algunos, incluso, en su propia burbuja. A la mayoría no nos importa aprender idiomas que no nos imponga una necesidad.

Los que vivimos en Estados Unidos tendemos a ser más egocéntricos. Ciertamente que estamos en el país más poderoso del mundo, y por ende, pocos aprendemos otro idioma por necesidad, mientras que en otros países donde el inglés no es el idioma local, para ser parte del mundo global, aprender la lengua anglosajona es una necesidad. Esto quizás era la razón por la cual a los migrantes que nos tocó aprender inglés hace más de dos décadas no nos fue tan fácil. Es muy complicado insertarse a un sistema educativo basado en un segundo idioma. Hoy en día, en EE. UU. esto ha mejorado.

Sin embargo, en Guatemala, aún nos falta sensibilizar la forma correcta de enseñar el español. Es complicado tener un sistema educativo basado en un segundo idioma. Personalmente lo experimenté hace 32 años, cuando comencé a estudiar. Mi primer año prácticamente fue de “castellanización”. Debemos hacer que el aprendizaje del español sea un camino que nos unifique y no una herramienta que nos divida. Nuestro país es rico en cultura y en idiomas. Tomemos ventaja de esta bendición y descompliquemos el camino para llegar a ser una sola Guatemala.

Para los guatemaltecos que tenemos la dicha de tener idiomas maternos indígenas, tomemos la responsabilidad de guiar este sistema educativo para que nuestros hijos tengan una mejor experiencia aprendiendo el español. Si bien esta experiencia de aprender nuevos idiomas por sobrevivencia resultó en principio traumática, ahora puedo verlo como una ventaja.

Algunos se preguntarán a dónde quiero llegar con todo esto. Mi punto es reflexionar sobre lo necesario y ventajoso que resulta expandir nuestros horizontes y salir de la burbuja en la que muchas veces nos acomodamos. Una de las formas para lograrlo es, sin duda, el idioma. No conformarnos con nuestra lengua materna. Lo ideal es aprender un nuevo idioma para entender a otras culturas. Otros beneficios vendrán después.

Por eso admiro a las personas que hablan más de un idioma, y más aún respeto a aquellas que aprenden otros idiomas más allá de la necesidad. Ellas son ejemplos a seguir y son las que no pasan desapercibidas en el aeropuerto de la vida, y no importando el bullicio, su huella trascenderá.

ESCRITO POR:

Marcos Andrés Antil

Emprendedor tecnológico, maya q’anjob’al y migrante guatemalteco. Impulsor de la educación y la transformación digital. Fundador y CEO de la compañía XumaK durante 18 años, con clientes en más de 25 países.