Catalejo

2025 marcó el fin de una etapa de 80 años

Pronto será necesario analizar ideas actuales y es acertado comenzar junto con el inicio del segundo cuarto de este siglo.

Dentro de pocas horas terminará una etapa iniciada al momento de finalizar la Segunda Guerra Mundial, cuando el empleo bélico de la bomba atómica abrió la posibilidad de la destrucción de este planeta debido a las acciones humanas. Hasta entonces y desde el principio de los tiempos, la guerra era una posibilidad con efectos cada vez más amplios, y hubo muchos miles de millones de víctimas a causa del nacimiento o muerte de reinos e imperios, pero nunca estuvo la humanidad en la posibilidad por razones distintas a las plagas y a los fenómenos naturales. Los avances tecnológicos utilizados para matar se multiplicaron de inmediato. En la Primera Guerra Mundial, se estrenó como arma de muerte el uso del avión, nacido apenas once años antes con el vuelo de los hermanos Wright utilizando la dinamita inventada con fines pacíficos por Nobel en 1867.

Este falleciente año fue pletórico de sorpresas inesperadas y de cambios en la manera de analizar las diversas formas de gobierno.

Han pasado sólo 80 años desde la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, pero los avances bélicos de semejante peligro fueron iniciados por el científico alemán Oppenheimer, luego capturado por Estados Unidos para evitar el avance de este tipo en la Unión Soviética de Stalin. Así nació la Guerra Fría, cuyo fin aún no ha llegado y lejos de ello cada vez facilita más la matanza, gracias a las eufemísticamente llamadas armas de destrucción masiva. La URSS se desintegró, pero continuó sus avances científicos y armamentistas. Hace casi cuatro años, su dirigente Putin consideró estar listo para lograr en pocos días la destrucción y reingreso de Ucrania, en un error debido a la arrogancia. Cambió el mapa de Europa en ese tiempo y se llegó a la increíble y virtual unificación de las dos superpotencias, con una China comunista aunada.

El aumento del número de países con armas atómicas aumenta el riesgo a causa de los gobernantes fanáticos encabezándolos en condiciones antidemocráticas, por decirlo suavemente. China es una superpotencia, sin duda, pero su emperador Mao obtuvo esos logros en mucho gracias a las matanzas despiadadas de ciudadanos, a la destrucción de su cultura. La política del gran paso adelante, mal planificada e imposible de lograr por estar basada y aplicar las doctrinas comunistas, significó muerte de 30 millones de personas y convirtió a la sociedad en un grupo disciplinado de siervos temerosos de morir por órdenes del multipoderoso Estado. Junto con Corea del Norte, Cuba, Vietnam y Laos, son los únicos países comunistas del mundo. En lo económico aprovechó los precios muy bajos de los productos y el interés de las empresas occidentales para comprar en base sólo a los precios.

En otro tema, el avance vertiginoso del islamismo radical fanático y teocrático comenzó gracias al error de Occidente al no entender los terribles efectos de la posibilidad de llegada de los ayatollas ni de comprender cómo actuarían en los países donde han recibido abrigo sin condiciones. Pasaron de ser países atrasados a potencias económicas donde el sueño de Mahoma para crear un gran califato mundial se encuentra a pocos años de distancia y talvez menos, gracias a su dominio del petróleo, y ahora representan una amenaza para especialmente en la Europa cristiana pero complaciente, enfrentada al Islam en sus facciones fanáticas con un crecimiento demográfico muy superior, debido también al abandono de los puntos de vista religiosos y sociales. Es imposible dialogar con quienes su religión premia a los asesinos de cristianos.

La aceptación de personas voluntariamente cambiadas de sexo está teniendo consecuencias no prevenidas. No equivale al homosexualismo o lesbianismo, presentes en toda la Historia. Son temas complicados y separatistas de la unidad de los seres humanos. El 2025 pasará a la Historia como un año donde se despertó la necesidad de decidir cuáles son los derechos humanos comunes y cuáles no lo son, sobre todo en lo puramente biológico. Todas estas realidades actuales no existían hace 80 años. Este momento es adecuado para analizarlas abiertamente porque sus efectos pueden llegar al fin de la raza humana, por distintas razones, entre ellas los límites de la libertad, cuyo campo no es solo en lo económico. Pronto será necesario analizar ideas actuales y es acertado comenzar junto con el inicio del segundo cuarto de este siglo.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.