REGISTRO AKÁSICO

Ávidos de basamento para la defensa nacional

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O se abandona el tono revanchista antimilitar o seguirá la desorientación en la misión del ejército, definida en los Acuerdos de Paz. No es posible continuar con noticias sesgadas y de mala fe. La fácil comparación entre el precio de un equipo militar y la cantidad equivalente de piezas de pollo frito es un desatino. Igual sucede con la idea del incremento de la tropa.

Quienes adjudican a izquierdistas ese tono, no están en lo correcto. Mucho del desdén obedece al predominio en la institución castrense de la voluntad de mantener la paz, apoyar a la democracia, respetar a todas las ideologías y rechazar el involucramiento en política. Muchos fachos y derechosos añoran el golpe de Estado y el ruido de sables. Es decir, ya que no se usa la palabra sable, desean vuelva el chafarote.

No es posible mantener la idea de un ejército basado en el número de efectivos, cuando se demanda capacidades para seguridad informática; mejor control aéreo, del mar y las fronteras; separación de las labores de policía y fortalecimiento civil de la inteligencia preventiva. Cuando suceden hechos de alta violencia, es un recurso fácil recurrir al estado de Sitio. Además, permite burlar controles de compras para funcionarios ávidos de negocios. Es una chapuza.

' Si no se recibió el regalo de Santa Claus, quizás los Reyes Magos tienen el aval para traerlo.

Antonio Mosquera Aguilar

En El Salvador, el plan de control territorial se financia con un préstamo por US$109 millones concedido por el BCIE. Los patrullajes con drones para la policía y los militares ya operan. Pero, en vez de incrementar las capacidades tecnológicas del ejército, se duplicará el número de efectivos. El presidente Bukele no es tan acertado como lo pintan.

El ejército del país compró un dron fabricado en México, por aproximadamente medio millón de dólares. El Vigilante, como bautizaron al vehículo aéreo no tripulado, abarata el patrullaje fronterizo y mejora la capacidad de examen gracias a la calidad de sus distintas cámaras.

Se necesitan drones para vigilancia policial, para planificación del transporte o control de almacenamiento en puertos. Afortunadamente se adquirió alguno por parte de instituciones de reducción de emergencias. Por lo tanto, una fábrica para diseño y montaje de los mismos debería ser un proyecto en la industria de la defensa nacional.
Cuando se propone tal iniciativa, se ensanchan los ojos de los menguados. Luego comienzan a buscar intenciones dobles. Atribuirán designios de transporte de droga, o necedades de tal jaez. Fijémonos en Galicia, un pueblo de pescadores y campesinos de España, convertido en uno de los mayores fabricantes de drones de Europa. Los proyectos tecnológicos no se encuentran en supermercados situados en EUA o algún país rico. Se trata de enfrentar desafíos al ingenio, tener visión futura y fortalecimiento de las capacidades para satisfacer las necesidades con esfuerzo propio.

Después de Navidad pasó el tiempo de escribir cartas a Santa Claus, como pueden tomarse estas líneas. Acaso no es posible que exista la capacidad de generar proyectos entre universidades, fuerzas armadas y financiamiento público. Estamos tan mal que el discurso presidencial solo habla de uniformes raídos y mejora del rancho. Mientras tanto, dos congresistas gringos: la escuintleca Norma Torres y Bradley Byrne consiguieron la aprobación de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional (NDAA), para exigir aval de las cámaras legislativas en el envío de vehículos de EUA a Centroamérica. Antes transportadas en un Lockheed C5 Galaxy, para fortalecer al Comando de la Fuerza Especial Naval de nuestro país se recibieron cuatro lanchas interceptoras Midnight Express 39&39.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.