Catalejo
Chile: con Kast se repite el vaivén de la política
Veo con preocupación los videos en redes sociales de quienes aún no han entendido el cambio actual.
El resultado de las elecciones de Chile, a mi parecer es una repetición de los vaivenes de la política en un país con sólida tradición democrática reflejada en el respeto a los cambios de criterio de la población presente en las urnas. 2. Los errores del gobierno perdedor, causantes de la derrota electoral. 3. Los fuertes retos del vencedor en las urnas. 4. La forma inteligente como el ganador debe actuar para no perder ese apoyo logrado. 5. El peso del pasado personal de los contendientes. Todo esto dentro del escenario latinoamericano de la derrota de los regímenes de izquierda frente a los de derecha, considerados estos términos en su sentido general de hoy en día, cuando la situación nacional e internacional es muy distinta a las del pasado, aunque sean recientes.
Los chilenos deben entender: está fue una elección, nada más. La tarea principal es romper los motivos de desunión.
Chile sigue siendo un caso interesante. En un apretadísimo resumen José Antonio Kast llega al poder a causa del movimiento de vaivén de la democracia. Su victoria no debe causar demasiada sorpresa, y la derrota de Janette Jara es total y de seguro sepultará su carrera política, porque es un claro ejemplo de un voto muy numeroso en contra de ella. Siempre he pensado como fuentes del mal de montaña presente en los políticos vencedores, es no leer con serenidad los resultados y su verdadero significado. En Guatemala, la diferencia entre los votos de Arévalo —2.3 millones— y Sandra Torres —1.578 millones— fue de 845 mil votos. Es significativa en números totales, pero porcentualmente es de 36, lo cual otorga fuerza remanente a su terca adversaria.
El voto chileno ha sido respetado por su valioso peso histórico. Nadie duda de la sangrienta y larga dictadura de Pinochet, pero entregó el mando a Patricio Alwyn en 1994. A partir de entonces, hace 32 años, la entrega con orden incluye a Eduardo Frei; Ricardo Lagos; dos veces a Michel Bachelet y a Sebastián Piñera; Gabriel Boric y ahora a José Antonio Kast. Hubo disturbios y vandalismo en algunas ocasiones. En una de ellas, grupos contrarios al régimen con vandalismo generalizado destruyeron el excelente sistema del metro en Santiago, medio de transporte utilizado por millones de chilenos de la clase media y popular. Se dieron un balazo en el pie… Y ahora, los errores del inexperto Gabriel Boric provocaron un voto en contra de él y Jeanette Jara.
Veo con preocupación los videos en redes sociales de quienes aún no han entendido el cambio actual. Algunos por estas vías se alegran –o acusan— por el regreso de la ultraderecha, y otros de la derrota de la ultraizquierda, términos extremistas y separadores aunque puedan ser ciertos. Es peligroso para el periodismo usarlos como parte de las noticias mezcladas con opiniones propias de las columnas de opinión identificadas, no anónimas o apócrifas. También lo es si un candidato vencedor, aunque sin gritar, descalifica, pierde la paciencia y responde casi con arrogancia al recibir una pregunta periodística. Kast necesita ser instruido en cómo responder, pues tuvo un error de novato en su primera presentación con la prensa ya como presidente electo.
El pasado, sobre todo personal, persigue a los políticos y no hay forma de cambiarlo. Kast proviene de un funcionario pinochetista y de un ambiente muy conservador. Esa mezcla será la fuente de preguntas incómodas sobre un tipo de verdades, pero se puede contrastar con otras, de igual o mayor peso. El sub continente latinoamericano pasa por un vaivén de retorno a los valores conservadores, eso sí, trasladados a la realidad al iniciar la segunda cuarta parte del siglo actual, al efecto de la comunicación instantánea y de la tecnología capaz de alterar la realidad en esa misma forma. Su primer reto consiste en la búsqueda de gente capaz, experimentada, no de amigos personales. Todo gobierno basado en parentelas políticas o personales, está condenado al fracaso.