RINCÓN DE PETUL
Ciudad Calvario
Al Cristo se le sacrificó justo afuera de Jerusalén, en El Calvario. Lugar de lamentos cuyo nombre es alegoría para “una sucesión de problemas y conflictos que generan preocupación, angustia o dolor”. (definición.de)
' 36 años de un mismo “proyecto” edil. Que no propone. Inefectivo. Que no da cuenta.
Pedro Pablo Solares
Jueves 7 de abril. Todo le debió transcurrir con normalidad si tan solo viviera en una ciudad tan solo un poco normal. Aún en casa, allá por la zona 15, revisa agenda temprano en el día. Tiene solo tres tareas que hacer. Pasará al trabajo, por la Avenida Reforma, a dejar una encomienda. Aprovechará e irá al mercado La Terminal por una libra de flor loroco. Hoy cocinará el pollo en crema. Ese mismo, del presidente comediante, en su justificación por reuniones incriminadoras. Anécdotas inútiles para el relato de ocasión. Papá llega a almorzar, y los mandados ya apremian. Por la tarde lo llevará a cita médica, por el área de Los Próceres. Ciertamente, el periplo es de solo doce kilómetros, pero toma mejor camino en su motocicleta. Esta es la ciudad de Guatemala. No sea aquello de los atascamientos “in” esperados.
Pasa una hora y el hombre está sentado sobre su motocicleta detenida, en tráfico paralizado sobre La Reforma. Los pilotos decidieron apagar motores. La pareja de a la par desciende de su moto; aprovechan el tiempo y se intercambian cariños afectuosos. Idiosincrásico asunto. Notoriamente, esto va para largo. Algo ocurrió. Piensa ¿una procesión, acaso, en la antesala de la semana penitente? ¿Un meteorito? Con el sol quemador encima, alguien decide consultar al vocero vial de la ciudad. Reporta que vecinos de Villa Nueva han bloqueado el tránsito de la principal arteria, denunciando abandono en sus escuelas por parte del Ministerio de Educación. País de caos. Como los demás motociclistas, el protagonista enciende máquina y sale del atolladero transitando entre los carros parados, vía contraria, sobre la Reforma.
Ciudad sin orden, propicia para las astucias e imprudencias. Solo por ellas logra llegar a su trabajo. El trayecto breve de la zona 15 a la zona 10, le tomó más de una hora. Llega el gusano de la frustración y le toma posesión. Así, ya no hubo tiempo para ir a la vecina Terminal y tocará buscar el loroco en el supermercado de su barrio. Cinco minutitos para regresar en moto ¿cierto? No. Ahora es el Boulevard de Vista Hermosa el que encuentra colapsado. Evidentemente, otro evento sucedió. Un motorista ha fallecido en accidente en la Carretera a El Salvador. Horrible tragedia que, además, bloquea todo un cuadrante de la urbe y sus municipios colindantes. Esto es pandemonio. Logra superarlo y llega al supermercado. Esquiva pilotos desesperados que, sin alternativa, enfrentan 10 kilómetros de irremediable atolladero.
Encontró el loroco, y pone música de marimba de fondo. Un oasis en medio del día. Pero llega la hora de la cita médica y sopesan el tráfico. Deciden emprender. “Estamos cerca ¿qué tan mal podría ser?” ¡Oh, sorpresa! Cae la primera llovizna del año, y eso es suficiente para colapsar de nuevo la ciudad. Esta vez en carro, les toma casi dos horas. Su compañía -de tercera edad- aguanta por hidalguía. Termina el día y llegan a casa. Casi 5 horas entre el tráfico. Y eso, que la mitad de ellas fueron fuera de los horarios pico. Eso, que el periplo fue en las zonas más privilegiadas. Se solidarizan con quien sufre esto desde las menos afortunadas. Y se reniegan de la pasividad política del vecino capitalino. 36 años de un mismo “proyecto” edil. Que no propone. Inefectivo. Que no da cuenta. Y que aún así, lo reeligen.
El tráfico, el agua, la basura, la contaminación, las licencias, y casi toda gestión edil es ya una sucesión de problemas y conflictos que generan preocupación, angustia o dolor. Esta es la Ciudad Calvario.