SI ME PERMITE

Debemos ser desafiados para dejar la pobreza

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“Solamente los pobres que saben verdaderamente que son pobres padecen su pobreza”. Giovanni Papini

Es claro que muchos de los humanos están en un estado de pobreza porque por alguna circunstancia de la vida han llegado a ese estado, pero, sin duda, hay quienes por el poco esfuerzo que ponen de su parte no salen del mismo, aun teniendo la capacidad y la habilidad de poder salir.

' Siempre será recordado con gratitud el que fue instrumento para que uno saliera de la pobreza.

Samuel Berberián

Pero una gran mayoría de los que están en ese nivel económico podrían salir de ese estado si se les da la oportunidad para que con el esfuerzo que puedan mostrar paso a paso vayan avanzando y lleguen a tener un mejor estado, tanto para ellos como para los suyos.

Los desafíos son puentes que se presentan y que los pobres pueden considerar, y paso a paso empezar a visualizar que algo que parecía imposible se esté convirtiendo en una realidad, y sin lugar a dudas nunca olvidarán a aquellos que construyeron el puente que les hacía falta para pasar de un estado a otro. A muchos se les presenta la manera de salir, pero no quieren porque se han resignado a estar en ese estado.

Al inicio lo que trae cambios puede ser algo simple en su presentación, pero algunos, al aceptar el reto para los cambios en su vida y estado, posiblemente ninguno de los que están con ellos lo hubieran imaginado. Pero si los cambios son bruscos no se asimilan de buena manera, más bien dejan daños de la modalidad que no llegan a encontrar el lugar para poder tener una vida efectiva y provechosa.

Cuando una sociedad tiene un buen enfoque de los estados de prosperidad y pobreza y no permite que sean polarizados, sino que sean funcionales y entender que tanto uno como el otro se necesitan y pueden convivir, es cuando los cambios se pueden generar en manera progresiva. Por ello en las sociedades que tienen la madurez se pueden oír frecuentemente relatos y vivencias de cómo pudieron pasar de un estado al otro. Sin dejar por un lado lo opuesto de aquellos que eran prósperos pero, por la irresponsabilidad que tuvieron en cuidar sus pertenencias, llegan tristemente a perderlo todo.

En el péndulo que la vida nos presenta en las posiciones que podemos tener debemos ser de lo más sabios en entender que lo que se tiene no es simplemente para presumir o competir, sino es un medio por el cual podemos alcanzar a tener una vida digna y, por lo mismo, al entenderlo podemos visualizar cómo podemos ayudar a aquellos que quieren y tienen la determinación de buscar el cambio y ser los aliados para que puedan alcanzar también el sueño, como nosotros lo hemos alcanzado.

El gran principio es que nadie en la vida logra las cosas por sí solo, sino que consciente o inconscientemente con la participación de otros va cristalizando sus sueños. Esto nos hace de algún modo no ser personas de vida retraída y solitaria, sino cultivar una vida gregaria, pero no simplemente para socializar, sino para producir y apoyarnos en cada paso de la transición que esto implica.

Por ello debemos concluir que tanto la pobreza como la prosperidad inician en la mentalidad y el manejo de los desafíos que se nos presentan en la vida. Esto nos lleva al entendido de que tanto la mano que ofrece como la mano que pide deben ser guiadas y formadas para no estar repitiendo ciclos, sino una progresión circunstancial para el bienestar de ambas partes.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.