SI ME PERMITE

Debemos valorar la salud antes de perderla

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“Para mantenerse bueno es necesario comer poco y trabajar mucho”. Aristóteles

Para nosotros los mortales, la salud que tenemos es el más valioso recurso del que disponemos, porque para cada cosa que tenemos que hacer a diario, antes de saber si disponemos del dinero suficiente o si hay suficiente tiempo para planificar algo, está el asunto de la salud que tenemos.

' Nuestra salud es un bien que está bajo la responsabilidad personal, para poder hacerla rentable.

Samuel Berberián

Es muy lamentable que la valoración se empieza a notar una vez que estamos perdiendo la salud, y posiblemente en una clínica médica se nos está instruyendo procesos para no perder lo que nos queda de salud, y lo peor de esta pérdida es que no solo nos está afectando a nosotros, sino también a nuestros seres queridos, los cuales tienen que atendernos y por lo mismo deben hacer acomodos en sus quehaceres para cuidarnos.

Claro está que para poder conservar una buena salud es determinante la modalidad con la que planificamos la vida y cómo atendemos las necesidades básicas de nuestra vida. Por ejemplo, es asunto de responsabilidad el tiempo que destinamos al descanso, como también los alimentos que ingerimos, y no es tanto asunto de gustos, sino lo apropiado de lo que comemos y el tiempo que designamos al descanso.

Es interesante considerar que, salvo casos particulares, uno nace con toda la capacidad de su salud y desde ese momento nuestros mayores, en los cuidados que nos dan, están considerando en la rutina de la vida formar hábitos que habrán de acompañarnos el resto de nuestros años de vida, y por lo mismo se reflejará la salud que podamos tener. Claro está que muchísimas veces algunas enfermedades pueden interrumpir ese proceso y tenemos que saber cómo vivir con algunas limitaciones.

Cuando una persona desde los inicios ha asimilado normas y disciplinas sanas, pasan los años y se refleja lo productivo que puede ser porque hay una salud que se lo permite. Cuando los años avanzan normalmente le preguntan la edad de uno y lo que están preguntando hace una reflexión entre los años que tenemos y la apariencia que se percibe, y algunos no pueden más que agregar un comentario como que nos vemos mucho más jóvenes o la pregunta del porqué se nos refleja una edad mayor a la que tenemos.

Muchísima gente, por la disciplina adquirida, son excelentes administradores de su tiempo o dinero, y por lo mismo han llegado a ocupar un espacio en la sociedad, donde se les distingue y se les felicita, pero cuando llega al asunto de la salud pareciera que no aplican los mismos principios y, por lo mismo, las consecuencias que esto acarrea.

Al evaluarnos hoy en la salud que tenemos, poco podemos hacer por el tiempo que ha transcurrido, pero deberíamos reflexionar sobre qué podemos hacer para que nuestra salud en los años que nos quedan sea la mejor posible.

Claro está que hay algunos elementos muy esenciales que determinan una buena salud, como el caso de una buena actitud para con la vida, siendo esta de gratitud y aceptación. Porque hay quienes se quejan de todo y nada es de su gusto. Este modo de ser tiene que pasarnos la factura en nuestra salud y, por lo mismo, perjudicar nuestro rendimiento y productividad.

Nadie puede declarar que tiene una salud perfecta, pero si la salud que tenemos nos permite cumplir con nuestras obligaciones y poder convivir armónicamente con los nuestros, eso es lo que se debe valorar y cuidar.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.