REGISTRO AKÁSICO

Declive de la universidad pública

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¡Oh, la tristeza! Se cuela para minar nuestra confianza en la sensibilidad de los universitarios ante la falta de propuesta para transformar la institución. Las demandas de los profesionales se agotan en temas financieros, los estudiantes en la más absoluta orfandad de ideas, y los siempre convocados a las comisiones de reforma universitaria en la inopia de sus propias limitaciones intelectuales.

No se puede continuar con un modelo universitario establecido hace más de cien años con una adecuación en 1947. Una sola universidad, un solo órgano deliberativo, un solo rector y finalmente una sola idea de la educación superior sobrepasada por el desarrollo de la ciencia, la tecnología y las humanidades. El Consejo Superior Universitario, normado en el artículo 83 constitucional, explica las granjerías y prebendas. Se nombra a unidades académicas como escuelas y centros universitarios para evitar su representatividad facultativa, o generar funciones sobredimensionadas en el rector; son una muestra de los retorcidos caminos de la burocracia. Las reuniones de las comisiones de reforma de la Usac, desde hace más de 20 años, solo aciertan a generar documentos de filosofía barata y pedagogía de charlatanes. No se afronta el problema de fondo, el diseño institucional.

' Una manipulación burda de ingenuos y bien intencionados esconde la miseria de la renovación.

Antonio Mosquera Aguilar

Lo primero es resolver si se hará una modificación constitucional o no. En apariencia, una propuesta consensuada por los universitarios se aceptaría por el Congreso. Existen algunos obstáculos. 1) ¿Quiénes son los universitarios? Acaso solo se manifestarán los burócratas universitarios que votan doble: como profesores y colegiados. Dado que los fondos de la universidad son públicos; es decir, se otorgan por todos los ciudadanos; en consecuencia, todos tienen la palabra. Limitar la discusión a universitarios excluye a las personas sin esos estudios, tal es una restricción con poca base. Reducirlo a los contratados por el Estado tiene menos justificación. 2) ¿Qué significa consensuada? Tomarla como una propuesta del Consejo Superior Universitario es una tomadura de pelo. Precisamente ese órgano ya no es representativo, ni siquiera de los integrantes de la actual Universidad de San Carlos.

Lo segundo es el diseño institucional. Una discusión abierta debiera considerar las opciones siguientes. El multiuniversitario está en funcionamiento en Centroamérica. En cada país existen varias universidades públicas. A esta organización se objeta como multiplicadora de las deficiencias de la institución única. En efecto, cada una de las universidades ansiará tener centros universitarios regionales, institutos de investigación y equipos deportivos. El presupuesto público baja su focalización e incrementa el despilfarro.

La universidad de París y la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México ofrecen otra modalidad. Se establecen jurisdicciones territoriales y existe una centralización en el control presupuestario. No obstante, cada sede tiene una organización, procedimientos, filosofía y ejecución presupuestaria propia. Este modelo es aconsejable con los consiguientes ajustes locales.

Hay otro modelo, no aconsejable: el sistema universitario masivo. Se basa en un órgano central fuerte. Este decide el presupuesto y los proyectos de crecimiento. La rectoría no es electiva, sino nombrada por un pequeño consejo de notables. La autonomía decide un sistema de niveles donde se procede por elección o nombramiento.
El futuro de la universidad no es un asunto gremial, sino de toda la ciudadanía. El Congreso debiera llamar a una consulta abierta. Lo demás es grilla.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.