FUERA DE LA CAJA
Deja que cada quien use su sombrero
En 1985, Edward de Bono publicó un libro titulado “Seis sombreros para pensar”. En él desarrolló una técnica donde hay seis sombreros imaginarios, cada uno de un color diferente. Los participantes se ponen un sombrero y asumen el rol que el color indica, todos pueden usar el mismo sombrero todo el tiempo o irlos intercambiando. Este método propone que los temas respecto de tomar una decisión se atiendan uno por uno. Además, requiere que todos los participantes se concentren coordinadamente en el que está siendo estudiado.
' Si contratas solo a personas que entiendes, la compañía nunca tendrá personas mejores que tú.
Manuel Kairé
Esta técnica ha sido usada en muchas organizaciones y en la página oficial del autor aún ofrecen talleres para aprenderla. Sin embargo, cuando hablamos de dejar que cada quien use su sombrero en una empresa, no nos referimos a esos sombreros para pensar.
Cada una de las personas que trabaja en una empresa tiene un rol, un sombrero. Cada una fue contratada para desarrollar su papel y el gerente, dueño o líder de la organización no puede ponerse todos los sombreros. Eso sería como si el dueño del circo pretende vender las entradas, los poporopos, ser payaso, malabarista, músico, fotógrafo y quien limpia al final de la función.
En algunos negocios, particularmente en los pequeños, el propietario tiene muchas funciones. Situación que cambia conforme la empresa va creciendo porque debería ir delegando responsabilidades. Seguramente contratará personal para no tener que hacerlo todo, desde la contabilidad hasta la atención a clientes o proveedores.
En términos de Soichiro Honda, si contratas solo a personas que entiendes, la compañía nunca tendrá personas mejores que tú. Recuerda siempre que a menudo encuentras personas brillantes entre las que no te gustan demasiado.
Cada vez que el gerente o dueño hace el trabajo de un miembro de su personal, los está debilitando hasta el punto en que eventualmente tiene que ponerse el sombrero de ellos para sobrevivir.
La gorgoritis
La gorgoritis es una enfermedad terrible que, desafortunadamente, padecen muchos comercios en Guatemala. Por lo regular, se manifiesta cuando los clientes llegan al parqueo y son recibidos por el cuidador de turno, quien se esforzará por hacer sonar su silbato o gorgorito hasta el cansancio. El resultado de este comportamiento suele ser una incomodidad constante del cliente que si no se trata a tiempo, puede llevar a gritos y peleas. Los efectos de este mal son devastadores para los nervios y el buen humor. Además, generan todo tipo de efectos secundarios. Uno de los más graves es que el cliente entra al negocio sintiéndose regañado, en lugar de sentirse bienvenido. En muchos lugares la primera persona que recibe a los visitantes es un policía. Algunos son amables, pero los hay de una naturaleza salvaje y poco recomendable para el trato con los clientes.
Afortunadamente, la gorgoritis es un mal que tiene cura. El primer paso para mejorar es preguntarse si el guardia del parqueo ya lo está padeciendo. No es una enfermedad espontánea, viene a causa de las intrucciones de “arriba”, así que es importante estar al tanto de si es producto de las reglas internas del comercio o negocio. La voz humana es una herramienta muy útil, que jamás va a poder ser reemplazada por un gorgorito. Hable con sus clientes, deles la bienvenida de una forma que los haga sentir que son importantes para usted.