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El chamuco apaleado

Se cancela partido justificado con discurso religioso y crisis de sus contrincantes demoníacos.

El pastor Pat Robertson creó un bulo, el 14 de enero de 2010, sobre la existencia de un pacto entre la dirección del ejército independentista haitiano y el diablo, con el objeto de asegurar la derrota de los franceses para alcanzar la independencia. En red televisiva nacional lo esparció. Según él, esa consagración explicaba la desgracia de Haití. Dicho sin fuente ni base histórica, lo real fue un bloqueo comercial mundial, establecido durante años contra el país isleño. La refutación fue grosera contra ese predicador, candidato a la presidencia de EUA; pero dejó el antecedente, para ser citado por algunos extraviados. En nuestro país, el demonio tiene adherentes desde hace algunos años. No son seguidores de Anton Szandor LaVey *1930+1997, sino cercanos a la confederación Satanic Temple, cuya incidencia en el debate político, explica, en mucho, los señalamientos y denuncias.

Se cancela partido justificado con discurso religioso y crisis de sus contrincantes demoníacos.

Existen acusaciones concretas a un diputado y también contra varios usuarios del portal X. En ese encadenamiento de mensajes existen posteados del llamado  Templo Satánico de Guatemala, pero ha disminuido actividad. Una razón puede ser la decadencia del fariseísmo político: después de haber copado la dirección política del país, en los últimos dos gobiernos. Los discursos con repetitivas bendiciones expresadas por funcionarios acusados de peculado provocaron el descrédito de esa opción. De esa cuenta, las adhesiones estentóreas espirituales para conseguir cargos públicos ha sido desacreditada como una expresión hipócrita. Un indicio concreto de esa declinación es la cancelación del partido FCN Nación.

Como se señala, al decaer los políticos corruptos de aleluyas y bendiciones por minuto, también disminuyeron los partidarios de Mefistófeles, o al menos han escondido su contrato con satanás. El entorno donde se manifestaba era amplio: círculos cercanos a los neoliberales tenían muchos adherentes diabólicos. Se fundaron agrupaciones cuya convocatoria la efectuaban bajo la denominación de humanismo secular. La denominación está en competencia con las organizaciones promotoras del laicismo fundadas a mediados del siglo pasado.

Hay una diferencia significativa. Mientras los nuevos humanistas seculares introducen el debate religioso dentro de la discusión de un programa de medidas de gobierno, los antiguos partidarios del Estado laico reclaman como principio: la separación de creencias y convicciones políticas. Al hacerlo, manifiestan, se trata de cosas diferentes: o se discute en materia religiosa, o se discrepa en política, pero no es conveniente efectuar un debate mezclado con ambos temas.

Una situación molesta se produjo con el fallecimiento del periodista Estuardo Zapeta *1966+2024, cuando muchos de los convocados, en lugar de un apoyo práctico en transfusiones o costo de la hospitalización, se dedicaron a efectuar señalamientos abusivos sobre las convicciones personales del fallecido. Se clamaba a Dios o se expresaban juicios acerca de la fe. Fue lamentable la falta de respeto para los deudos y amistades en un trance tan doloroso.

Utilizar las creencias religiosas, el llamado a demonios y otras presencias malignas; o, por el contrario, justificar la ambición política con desayunos sagrados o videos, a la par de predicadores, solo demuestra falta de imparcialidad y de respeto por la libertad de conciencia. Ello no significa negar a los ministros de culto la libertad de expresión, siempre y cuando hablen por sí. Pero jamás para apoyar tanto a partidos como a líderes, candidatos u otros actores involucrados en la lucha politicoideológica.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.