DE MIS NOTAS

El globalismo y sus implicaciones

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La Agenda 2030 de las Naciones Unidas, con sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), traza un escenario de cooperación a nivel global. Al adentrarse en su contenido, uno percibe un compendio rebosante de buenas intenciones. ¿Quién podría oponerse a la protección del medioambiente, a programas que mejoren el acceso al agua o a estrategias para mitigar la pobreza y la desigualdad? Sin embargo, es crucial escudriñar entre líneas y observar ciertos asuntos de gran importancia con consecuencias negativas ineludibles, como la soberanía nacional, los valores familiares tradicionales, las políticas de aborto, el movimiento LGBT y la gestión de pandemias.

' Que nunca se nos olviden los dos años que la OMS nos encerró.

Alfred Kaltschmitt

El principio de la soberanía nacional se ve amenazado por los ODS y su visión globalista. Aunque el fin último sea un mundo unificado y sostenible, es palpable que tanto las grandes naciones como las pequeñas están siendo limitadas en su capacidad para dictar leyes acordes a sus propios contextos culturales, económicos y sociales. Basta con observar los acontecimientos en los Estados Unidos y Europa para generar inquietud: padres sin autoridad para educar a sus hijos según sus propios valores y una presión creciente en los sistemas educativos para imponer agendas controvertidas a niños pequeños.

Los valores familiares tradicionales se ven afectados por este enfoque universal de los ODS. Y aunque se busca garantizar la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas (ODS 5), estas novedades se imponen sin tener en cuenta las diferencias culturales y los contextos regionales.

Por ejemplo, la liberalización de las políticas de aborto surge como un efecto secundario de los ODS. Este objetivo está generando tensiones crecientes en naciones con creencias religiosas y culturales firmemente arraigadas en contra del aborto.

El movimiento LGBT, aunque goce de protección y reconocimiento, está causando serios conflictos en países con normativas más conservadoras. La introducción de programas de educación sexual globalizados en las escuelas está generando discordia, ya que se les está arrebatando a los padres la autoridad principal para educar a sus hijos.

El derecho de los jóvenes transgénero a utilizar los vestuarios femeninos es solo una pequeña muestra del poder legal que estos grupos están obteniendo. Incluso en el deporte, se está obligando a aceptar a hombres transgénero compitiendo contra mujeres, un indicio de la irracionalidad que se está alcanzando.

La gestión de pandemias, especialmente visible durante la crisis del covid-19, pone de manifiesto los riesgos de depender excesivamente de las directrices de organismos globales como la OMS. Su capacidad para imponer medidas despóticas representa un grave riesgo para la soberanía de los países. ¿Ya se nos olvidó el encierro de los dos años?

Con la producción acelerada y la distribución de vacunas, bajo el pretexto de “controlar” la pandemia, se han generado ganancias astronómicas para las empresas farmacéuticas, mientras que han surgido efectos secundarios en millones de personas debido a la falta de procesos de investigación a largo plazo.

Desde una perspectiva económica, la pandemia y las respuestas globales han afectado de manera desigual a las medianas y pequeñas empresas. Numerosas pequeñas empresas han desaparecido, mientras que las grandes multinacionales han prosperado, exacerbando la competencia desleal y fomentando la concentración del poder económico mediante imposiciones espurias.

La implementación de la Agenda 2030 representa un serio peligro. A pesar de los aparentemente benévolos objetivos de la Agenda 2030, es fundamental abordar las preocupaciones sobre el respeto a la soberanía nacional, los valores familiares y las normas culturales particulares.

En consecuencia, debemos defender nuestra soberanía, no solo en términos políticos, sino también en lo referente a nuestra identidad cultural y nuestros valores arraigados. La tarea de construir nuestro futuro no puede ser delegada a organismos internacionales.

Preparados estemos…

ESCRITO POR:

Alfred Kaltschmitt

Licenciado en Periodismo, Ph.D. en Investigación Social. Ha sido columnista de Prensa Libre por 28 años. Ha dirigido varios medios radiales y televisivos. Decano fundador de la Universidad Panamericana.