FUERA DE LA CAJA
El networking y la inteligencia emocional
Esta semana estuve en Quetzaltenango, un hermoso departamento de Guatemala. Fui a presentar un trabajo de consultoría en marketing para un grupo empresarial. Me contrató el Lic. Julio David Castellanos de la firma KENQ Consulting, un gran amigo mío a quien conocí en el colegio Don Bosco por los ochenta. En dicha consultoría también colaboró conmigo el Lic. Luis Illescas, de la empresa Reasearch, experto en investigación de mercados, a quien conocí cuando trabajamos juntos en el área internacional de Cervecería Centroamericana. Hago énfasis en estas dos situaciones porque quiero hacer ver que esto es lo que se consigue cuando uno construye una red de contactos a lo largo del tiempo. Muchas personas no lo logran hacer porque se ponen limitaciones, especialmente mentales. Ahora, ¿cómo podemos superar estas limitaciones? Hace poco estuve leyendo el libro Inteligencia Emocional de Daniel Goleman porque quería explorar cómo se relaciona o funciona este tema en el networking. El autor presenta una serie de variables que son claves para fomentar las nuevas oportunidades de negocio y, yo agregaría, para crear una exitosa red de networking.
' Cuando enfocamos nuestras emociones en objetivos, nos motivamos.
Julio Lemus
Autoconocimiento: se refiere al conocimiento de nuestros propios sentimientos, emociones y cómo estos influyen en nosotros.
Conciencia emocional: es la capacidad de tomar conciencia de las propias emociones y de las de los demás. El networker debe aprender a manejar sus emociones al relacionarse con otros, pero también debe comprender las emociones de los demás, esta empatía le ayudará a crear relaciones verdaderas.
Valoración adecuada de uno mismo: es el reconocimiento sincero de nuestras fortalezas y debilidades. El networker debe analizar sus puntos fuertes, especialmente los relacionados a comunicación y relaciones personales, pues estos lo ayudarán a crear redes exitosas y a mejorar sus áreas débiles.
Confianza en uno mismo: es el coraje que se deriva de la certeza y confianza en nuestras capacidades, valores y objetivos. El networking puede significar un gran reto para muchas personas, pero si usted se prepara, planifica y establece objetivos, tendrá confianza para crear una red de contactos robusta y fructífera.
Autoconocimiento emocional: nos permite saber qué estamos sintiendo en cada momento, de dónde vienen esas emociones y, sobre todo, buscar la forma de gestionarlas. En el networking hay que analizar lo que sucede al entablar una conversación o hacer el primer contacto con una persona, me incomoda, me pongo nervioso o me entusiasma; pero lo más importante es llegar a saber qué hacer con ese sentimiento y trabajar para mejorarlo.
Autocontrol emocional: nos ayuda a no actuar de forma impulsiva y a dominar nuestros sentimientos. Cuando hacemos networking, muchas veces ocurre que inmediatamente queremos vender o solicitar algo a la persona que acabamos de conocer, pero en ese instante el autocontrol emocional es clave porque nos ayudará a detenernos y enfocarnos en el objetivo de crear relaciones a largo plazo.
Automotivación: cuando enfocamos nuestras emociones en objetivos, nos motivamos. El networking puede generar una emoción fuerte por los resultados que se pueden obtener. Por lo tanto, usted debe tener objetivos claros y una buena planificación para lograrlos.
Empatía: una buena relación interpersonal permite reconocer a tiempo las emociones en los demás. La empatía ayuda a establecer relaciones más cercanas y duraderas. En networking, uno de los pilares es la empatía porque usted debe dar antes de recibir, debe ayudar antes de pedir ayuda y debe entender, conocer y ponerse en los zapatos del otro mientras construye una relación.
Habilidades sociales: una buena relación con los demás es una fuente imprescindible de felicidad. Esto es oro para el networking, pero construir relaciones interpersonales de largo plazo solo se logra a través de pensar y encontrar formas de ayudar al prójimo.