META HUMANOS

El recuento del año

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El ejercicio de una ciudadanía activa significa la garantía de una participación política, social y económica efectiva, armoniosa y pacífica en favor de la libertad, la responsabilidad, el bien común y el derecho individual.

Al realizar el recuento del año, es comprensible e importante que observemos con preocupación cómo muchas de las expectativas, acuerdos y reglas que hemos establecido como sociedad han sido vulnerados. Guatemala, siendo aún una democracia joven, experimentó como siempre y evidenció como nunca amenazas al estado de Derecho, al ejercicio y garantías del proceso electoral, persecuciones y censura de la libertad de expresión, además de ataques a la ya débil institucionalidad del país. Sin embargo, podemos observar con especial atención cómo se energizan discursos, actitudes y tribalismos profundamente polarizantes.

A esta lista de preocupaciones y batallas enfrentadas, no solamente por los guatemaltecos, sino además entre los guatemaltecos, podemos sumar una visible y aguda campaña de desinformación. Una campaña muchas veces protagonizada por terceros, que con la plena intención de afectar el potencial de desarrollar vínculos, establecer puentes y construir propuestas, de manera arbitraria provoca malentendidos, enfrentamientos y distanciamientos entre individuos, organizaciones, instituciones y grupos sociales.

Si bien es cierto que no podemos poner en tela de juicio las motivaciones ni las profundas convicciones morales, sociales, políticas, económicas, académicas o ideológicas, que inspiran ideas, mensajes y campañas narrativas en los distintos espacios de comunicación existentes. También es cierto que mucho distan de buscar lo correcto, los esfuerzos de los promotores de la desinformación, calumnia y el escándalo.

' Hemos reconocido que el rescate, cuidado y promoción de la democracia no necesita de víctimas, sino de héroes.

Allan Ortiz

Así, son las instituciones, sus mecanismos de resolución de conflicto, capacidad de formar acuerdos y su efectivo cumplimiento de protocolos y procesos establecidos como norma las que significan el cumplimiento de la voluntad ciudadana sobre la que descansa la legitimidad y éxito de nuestra república democrática.

Frente a una paz que parece considerablemente quebrantable, un sistema que consistentemente es apreciado con sospecha y una notable sociedad polarizada, resulta urgente reconocer con firmeza cómo desde acciones concretas realizadas de manera individual, hasta como esfuerzos nacionales construidos desde un claro llamado a la unión, significan hoy los hitos de la consolidación de un proyecto de país democrático y desarrollado, con visión de largo plazo.

A pesar de que existen quienes prefieren incendiar los espacios de conversación pública, también hay quienes de manera contundente hacen un llamado, muchas veces poco popular, pero bastante más necesario a la unión y el diálogo.

Desde demostraciones públicas en favor de la protección del estado de Derecho, la democracia y la convivencia pacífica hasta comunicados y acciones políticas y legales, existen funcionarios, líderes empresariales, organizaciones territoriales y sociales, e individuos, que de forma discreta convierten al diálogo en el espacio idóneo para admitir, enfrentar, aprender y resolver los retos y conflictos que enfrentamos como sociedad.

En el recuento de este año hemos reconocido que el rescate, cuidado y promoción de la democracia no necesita de víctimas, sino de héroes. Ciudadanos conscientes de sus potenciales, oportunidades y responsabilidades de cara a un año que presentará sin duda retos aún mayores, pero también oportunidades más significativas para la construcción de una Nueva Guatemala.

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