Desarrollo de país
El salario mínimo: ¿Político o técnico?
En los próximos días el presidente de la República debe tomar la decisión sobre el salario mínimo.
Como todos los años, las Comisiones Paritarias Agrícola, No Agrícola y de Maquila, buscando definir el salario mínimo para la Circunscripción Económica 1 y Circunscripción Económica 2, discutieron los elementos para que en la Comisión Nacional del Salario se defina el salario mínimo del siguiente año. Nuevamente, no hubo acuerdo; entonces, en los próximos días, el presidente de la República debe tomar la decisión sobre el salario mínimo.
El empleo formal hace necesario que las decisiones sean técnicas y no políticas.
Guatemala necesita proteger el empleo formal que se estima en el 30% o menos del empleo, y debemos pensar en el futuro de 250 mil jóvenes que entran cada año al mercado laboral, por lo que, si se quiere que esto tenga éxito, es necesario que las decisiones sean técnicas y no políticas. Tristemente, no hemos logrado como país atender esa demanda y, en mi opinión, entre otras variables, pasa porque los aumentos son bajo criterio político buscando popularidad, y no viendo cómo se crean más oportunidades ni premiando a los trabajadores por productividad.
En los últimos dos años no solo se ha tenido incremento en los costos de producción, impactando el costo de mano de obra, sino que también han aumentado los costos de logística, debido al mal estado de las carreteras, el costo de materias primas y productos terminados de importación, por el colapso de los puertos, y el costo de seguridad, producto de la inseguridad ciudadana que lleva a asaltos a vehículos que distribuyen productos a los puntos de venta, sumándoles a las extorsiones en varios casos.
El gran ganador ha sido el aumenta del empleo informal, y eso lo que hace es que les reduce ingresos por prestaciones de ley a los trabajadores y los excluye del servicio de seguridad social y otros beneficios que otorga el empleo formal. Para proteger e incrementar el empleo formal, ha sido demostrado en otros países que las evaluaciones y decisiones técnicas protegen los empleos actuales y los futuros. Repito, el empleo formal garantiza prestaciones y seguridad social, pero también garantiza estabilidad.
Desafortunadamente, muchos actores en el proceso de establecer el salario mínimo lo ven desde el aspecto político, y eso no ayuda a aumentar el empleo formal. La informalidad es el verdadero problema del mercado laboral. Recuerdo que el año pasado el presidente Arévalo dijo que haría una convocatoria a la tripartita, y que era para construir una política salarial moderna. Tristemente, al no lograrse el propósito, porque la convocatoria no ha sucedido, se mantiene el método de la decisión en que cubra la inflación o más que la inflación, pero es a criterio de una sola persona.
El sector empleador sí ha presentado en las comisiones paritarias como en la Comisión Nacional las propuestas que se basan en productividad bajo una política plurianual que amplíe la base de los trabajadores con cobertura social.
Con las políticas del presidente de los Estados Unidos en reforzar los controles migratorios en la frontera sur de Estados Unidos, la inmigración se ha reducido de manera importante. Eso nos pone a los que generamos empleo a ser más creativos, más eficientes y a reinvertir utilidades o a prestar a la banca para ampliar los negocios o crear nuevos, ya que es la manera de crear oportunidades laborales.
Recordemos que el 93% del PIB lo produce el sector privado del país, por lo que siendo el motor de la economía requiere de reglas claras como son la certeza jurídica y la planificación de los costos y gastos. Dado que el costo laboral comprende buena parte de estos, sobre todo en negocios más pequeños, es preferible la política de “dar a ganar para ganar”, lo cual implica productividad.
Presidente, ministra de Trabajo y asesores: por favor, revisen bien el sustento de sus decisiones en esta materia. Los jóvenes que incursionan al mercado laboral se lo agradecerán.