SI ME PERMITE

El trabajo, más que ocupación es creatividad

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“Trabajar es crear, y el crear es el único placer sólido y efectivo que el hombre puede disfrutar aquí abajo”. Gioberti
El trabajo que cada uno de nosotros puede desempeñar en esta vida y en la medida que las fuerzas nos permitan debe ser mucho más que una rutina. Una tarea se debe considerar como una oportunidad en la que uno se da a conocer y como un punto de referencia con el cual se nos conoce y se nos relaciona.

Por lo mismo, nunca debemos caer en una rutina y monotonía en nuestro trabajo porque es un proceso en el cual podemos progresar. Por esa misma razón, muchas veces se nos pregunta el tiempo que tenemos de estar en ese trabajo y cómo fue la manera que llegamos allí porque esos simples detalles hablan de quiénes somos nosotros y qué podemos ofrecer a futuro.

Cuando podemos visualizar los retos que cada trabajo tiene, es la creatividad de uno la que puede asegurar que estaremos allí por mucho tiempo porque entendemos que debemos saber cómo superar los problemas ofreciendo soluciones. Por lo mismo se nos busca y se nos consulta para ver qué podemos sugerir para que se puedan lograr las metas trazadas.

' Con solamente cumplir con la tarea que se me asigna no es más que un existir pero nunca vivir.

Samuel Berberián

Muchas veces uno inicia en un trabajo sin tener la menor idea de a dónde podemos llegar. Es simplemente algo que se nos pidió hacer, pero el modo y el criterio que usamos para hacerlo dio lugar a otros trabajos hasta el punto que llegamos a ser expertos en lo que nos ocupa y lo que nos permite tener los ingresos con los que podemos suplir nuestras necesidades.

Lamentablemente, cuando para alguien el trabajo llega a ser una carga, fácilmente puede terminar enfermándolo, pero cuando es el caso contrario, siendo un placer y un entretenimiento, lo rejuvenece y no lo fatiga, sino todo lo contrario, le ofrece un nuevo panorama para poder expandirse. Eso no significa que uno no se llegue a cansar, pero aun el cansancio en lo que se ha logrado hacer es gratificante.

Como todos los mortales somos diferentes también en los trabajos que desempeñamos, para cada uno las gratificaciones son diferentes, y no implica que haciendo lo mismo tendremos logros y satisfacciones semejantes. Por ello, muchas veces, para ciertos trabajos uno muy cómodamente recomienda ciertas personas porque sabe que no solo son expertos en hacerlo, sino que su modo de hacerlo es único.

Cada trabajo terminado finalmente habla de uno, y es muy usual que cuando se ve un trabajo casi se puede detectar quién fue el que lo hizo porque deja impregnado no solo su estilo, sino también los detalles finales que hablan de su persona y la capacidad que ha desarrollado con el tiempo en ese trabajo.

Debemos, por ello, ser conscientes en el momento en que hemos logrado un trabajo, por sencillo que este sea, hacerlo de tal modo y con tal esmero que nos pueda representar, para que en la vida laboral que tenemos sea una cadena infinita de oportunidades para el resto de la vida o hasta que las fuerzas nos puedan asistir para desempeñarlo.

Es innegable que muchos que nos han dejado en esta vida son recordados por el trabajo que tuvieron y en el modo que lo hicieron, al extremo de que llegan a ser un parámetro para poder medir la excelencia de algo que se hace. Son semejantes a un monumento erguido en una plazuela. Su desempeño, esmero y diligencia son monumentos en el medio en el que se les conoce donde le dan el tributo merecido.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.