CON NOMBRE PROPIO
Entre carencias y conspiraciones
La pandemia no solo llegó para enfermar y matar, sino también para mostrar nuestras debilidades y desidia frente al Estado construido, comparto unas pequeñas reflexiones sobre las carencias y constantes conspiraciones para que ojalá veamos causas y no solo lamentemos efectos.
' Hoy el covid obliga a lamentaciones sobre el sistema de salud, pero esta actitud cabe en todas nuestras áreas.
Alejandro Balsells Conde
1. El Ministro de Salud nombrado al asumir el nuevo gobierno cambió equipo e incluso encausó a más de uno tras señalamientos de corrupción. Hugo Monroy no tenía plan, la pandemia lo rebasó, el Presidente tuvo que hacer cambios más drásticos y profesionales no ligados al partido oficial se sumaron a salvar vidas. 2. El sistema de salud desde el gobierno de Arzú se “medio privatizó”. Varias unidades tienen asignación estatal, pero el grueso de sus ingresos es por cobros (a costo) de consultas. Sus médicos y personal no están protegidos por el régimen de Servicio Civil y como consecuencia lo que pasó en la Unidad Nacional de Oftalmología en que hubo despidos de personal valioso. Esto se repite en otras unidades. 3. No hay coordinación, por ejemplo, ayer Prensa Libre publicó un comunicado de la empresa Productos del Aire, denunciando que el contrato por medio del cual se suministra Gases Médicos Hospitalarios al Estado de Guatemala (Ministerio de Salud e IGSS) se había prorrogado para el 20 de junio de este año, sin embargo, el 5 de ese mes la Dirección General de Adquisiciones del Estado del Ministerio de Finanzas, suspendió el proceso del nuevo contrato. A la fecha no hay contrato. En plena pandemia no hay contrato de gases hospitalarios y la empresa mueve el cotarro porque el silencio es regla.
Mencionamos tres puntos solo para demostrar carencias, pero en medio de esto, las conspiraciones abundan:
1. Se instaura una Comisión específica para combatir el virus. La comisión debe empezar con que al personal de salud no se les pagaba, el Laboratorio Nacional de Salud centralizaba todas las pruebas del país en Villa Nueva y ahora se busca que exista un laboratorio molecular en todas las cabeceras (lo que debió haber sucedido hace años), las relaciones obrero patronales eran (y son) un auténtico relajo, no había ejecución presupuestaria en el Ministerio de Salud, no había plan definido para la crisis, existía y existe una contracción económica marcada y cada municipalidad está a la libre. El Director de la Comisión viene del extranjero y es ahora carne de cañón porque muchos descubren, en la crisis, lo que hemos edificado, un Estado solo dispuesto al expolio sin procurar políticas sociales de desarrollo. Se pide renuncia de quien no ejecuta fondos, pero se callan sobre las causas que obligaron a instaurar la propia comisión y al parecer se pretendía como medida primigenia mantener medidas de restricción de movilidad y punto, a pesar que el mundo entero hace esfuerzos por garantizar más libertades. También se registra una lucha de egos. 2. El propio presidente hace su parte en las conspiraciones. Es evidente la gestión para un cambio ilegal de Magistrados del Tribunal Constitucional, del Procurador de los Derechos Humanos y ahora hasta del Presidente del IGSS. Se usa la polarización y el miedo como armas engaña bobos y en un medio como el nuestro donde la lectura y análisis es lujo, se pretenden instaurar procesos reaccionarios de quien sabe qué proporciones, de este modo es imposible la unidad nacional.
Los Colegios Profesionales, sobre todo la Asamblea de Presidentes, no son más que pinceladas de paisaje, sin aportes. Las universidades se ubicaron como incubadoras de profesionales y dejaron de aportar soluciones a los problemas nacionales y con estas actitudes las carencias y conspiraciones crecen más rápido que el contagio del Covid. Ojalá veamos para dentro y así consigamos cambios, porque los cambios empiezan con combatir causas y no solo salir lamentando efectos.