CON OTRA MIRADA

Errare humánum est *

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El cambio de nombre a la Calle Sucia por Calle Jerusalén, en La Antigua Guatemala, podría considerarse intrascendente, dada la tendencia chapina a no dar importancia a ese tipo de decisiones tomadas por políticos que muchas veces no les representan, a pesar de haber llegado a cargos administrativos por la vía del voto popular. El Palacio Nacional, en la Plaza Mayor de la Nueva Guatemala de la Asunción, por ejemplo, sigue siendo el Palacio Nacional, aun cuando alguien lo denominó Palacio Nacional de la Cultura; se le reconoce más como Guacamolón, por el color verde aguacate con que se tiñó el concreto, imitando bloques de piedra al estilo de los edificios renacentistas en que se inspiró su diseño.

En cuanto a la Calle Sucia, se trata de una ampliación de la trama urbana de 1543 para comunicar el barrio El Tortuguero, del que tomó su nombre. En la primera mitad del siglo XVIII, dos de sus tramos se llamaron Calle del Matambo y San Antonio, vías desaparecidas con el abandono de la destruida Santiago. Con la repoblación, al inicio del siglo XIX, ya como La Antigua Guatemala, la calle se convirtió en botadero de ripio, de ahí que su nivel esté por encima de los terrenos aledaños, por lo que al inicio del S.XX se la llamó Calle Sucia. Mantuvo su nombre después de que fuera adoptada la nomenclatura de calles y avenidas, correspondiéndole 9ª calle, de la Calle del Arco (5ª avenida sur) hacia el oriente. A fines de 1970 se empedró y dotó de drenaje para las aguas servidas, facilitando su desarrollo, usándose como vía de transporte tangencial al casco fundacional.

La decisión de cambio de nombre surgió del hermanazgo de La AG y Jerusalén. Desconozco los términos de esa relación, pero cualesquiera fueran sus circunstancias, está claro que ninguna de las partes pidió desestimar aspectos históricos, tradicionales, culturales y, menos aún, estimular ilegalidades.

Según Wikipedia: “El hermanamiento de ciudades es un concepto por el cual pueblos o ciudades de distintas zonas geográficas y políticas se emparejan para fomentar el contacto humano y los enlaces culturales. Normalmente, aunque no siempre, las ciudades hermanadas suelen tener características parecidas”.

La Antigua Guatemala tiene hermandad con ciudades de Chile: Valparaíso; Ecuador: San Francisco de Quito; España: Sevilla; EE. UU: Coral Gables y Glendale; México: Cancún, Metepec, Oaxaca de Juárez, Puebla de Zaragoza, Taxco de Alarcón, Tlaquepaque, Uruapan y Zapopán; y Nicaragua: Granada.

Hasta donde se sabe, ninguna ciudad pretendió algo parecido. Es fácil colegir, entonces, que cambiar el nombre de Sucia por Jerusalén fue un error. Por su parte, el Concejo está llamado a cumplir y hacer cumplir la Ley Protectora, así como atender lo conducente a las municipalidades contenido en la Ley para la Protección del Patrimonio Cultural de la Nación. Consultado en tiempo, el Consejo Protector pudo ilustrar lo inconveniente de esa decisión, evitando el reclamo popular.

' Nombres, propios del mercadeo, como: Paseo Jerusalén, Jerusalén Futura, Plaza Jerusalén, La Nueva Jerusalén.

José María Magaña

Por otro lado, la Municipalidad aún no aprueba el Plan de Ordenamiento Territorial financiado con préstamo público durante la administración anterior. Con ese instrumento técnico-legal se evitará la caricaturización de la ciudad conservada, y podrá conocer proyectos de desarrollo retenidos en el área de influencia, para modernizar la vivienda, crear servicios, mercados, terminales de transporte y ampliación de la trama urbana, a los que podrán darse nombres contemporáneos, propios del mercadeo, como: Paseo Jerusalén, Jerusalén Futura, Plaza Jerusalén, La Nueva Jerusalén, etcétera.

* Errar es propio del hombre. Locución latina que se emplea para explicar o paliar las faltas y caídas de los hombres.

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.