REGISTRO AKÁSICO

Fuera la vieja política

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Se requiere un partido social demócrata, pero de veras. Hubo antecedentes en los años veinte del siglo pasado. Después de la segunda guerra mundial, ante la justeza y moderación de esa tendencia partidaria en Europa, surgió un aprecio mundial y deseo de imitación. El país no fue ajeno a dicha consideración, manifestada en la militancia de muchos líderes, entre los que destaca Alberto Fuentes Mohr, Adolfo Mijangos López y Manuel Colom Argueta, entre otros muchos. El sacrificio de sus vidas sirve de tapabocas para quienes no reconocen la legitimidad de la protesta armada. El asesinato político fue un recurso para impedir escuchar voces disonantes.

Después de los Acuerdos de Paz, varios partidos reivindicaron representar esa corriente ideológica. Al final, la Unión Nacional de la Esperanza, UNE, recibió el reconocimiento de la internacional socialista. Se organizó alrededor de la figura de Álvaro Colom Caballeros, sobrino del asesinado líder, después de haber sido promovido por Alfonso Bauer Paiz como candidato presidencial del frente de izquierdas del que se distanció.

' Análisis de problemas bajo distintas ideologías permite establecer consensos sobre la solución.

Antonio Mosquera Aguilar

Hubo varios momentos. 1. Al inicio una ambivalencia de reconocerse socialdemócrata, 2. Luego, en el gobierno, ingresó a la mencionada internacional. 3. Fruto de la política social quiso expandir el sistema clientelista. Y 4. Ahora vive la redefinición.

El partido fracasó en ganar las elecciones, al empecinarse en la candidatura de Sandra Julieta Torres Casanova. La promesa clientelar fue irrealizable. Entonces, medró en una posición de no a todo. En el Congreso de la República, sus diputados jamás propusieron una política pública ni mucho menos un programa progresivo. El líder Orlando Joaquín Blanco Lapola, se caracterizó por denuncias sin pruebas y falto de proyecto nacional. Se acompañaba en su recorrido, de una cabra loca, trashumante de varios partidos. Debieran explicar la razón de la pertinacia en sostener como lideresa, a la exesposa del ex Presidente Colom.

La señora reclamaba haber repartido bienes a los más pobres, al rememorar su figura en el régimen de su exmarido. Presumía, como si se tratará de fondos propios. Al contrario eran dineros públicos repartidos en alimentos y bienes de primera necesidad a pancistas ubicados en las filas de sus allegados, reclutados entre muertos de hambre. Este calificativo, no es una afrenta, pues el apetito por saciar la necesidad era real. Pero, supone la perversión del régimen democrático al establecer el cambio de favores por votos. En fin, los años recientes de la social democracia criolla han sido deficitarios en ideas y totalmente retorcidos en la propuesta nacional.

La rebelión de los diputados, bajo liderazgo de Carlos Alberto Barreda Taracena renueva la esperanza. Para ello se necesita volver la vista hacia el mundo de los trabajadores. No solo de los cotizantes al seguro social ni mucho menos a los sindicalizados, sino a todos los ocupados en trabajo por cuenta propia o en negro, para llevar el sustento a sus hogares. Un programa y reivindicaciones claras con enfoque laboralista, es una característica primordial de ese enfoque partidario. Debe alejarse de acciones de sabotaje para buscar ocupar los cargos gubernamentales, como es la manida táctica de la derecha. Con actuaciones constructivas, se establecerá la iniciativa socialdemócrata. Tendrá que dialogar con otras formaciones similares y emitir mensajes esclarecedores sobre la situación económica, social y natural del país. Quizás así, se instaure una opción fuerte, necesaria para impulsar medidas pertinentes para el desarrollo del país.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.