PLUMA INVITADA

¿Habrá más olas de contagio?

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Recientemente me preguntaban si creía que vendrían las cuarta y quinta olas… Pienso que sí, y me explico.

' El “truco” es evitar brindarle oportunidad al virus para que contagie.

Carlos R. Paredes

Las olas representan períodos de tiempo en donde el contagio se incrementa y los indicadores se disparan. Pero si el virus siempre está presente entre nosotros y realmente su capacidad de contagiar a la población casi no varía con el tiempo, ¿entonces por qué ocurren las olas?

Las olas ocurren porque el contagio se ve afectado por nuestras acciones. Si nos encierran por al menos dos períodos de contagio consecutivos, el contagio cae.

Si todos utilizamos la mascarilla y cuidamos del distanciamiento social, el contagio disminuye. Pero si la población se relaja y no cumple con las medidas de prevención, ocurre un repunte que puede transformarse en una ola. El “truco” es evitar brindarle oportunidad al virus para que contagie.

La naturaleza humana es peculiar y rápidamente alcanzamos un falso nivel de confianza y seguridad que nos hace relajar las medidas de prevención. En ese momento el virus, que siempre está presente, aprovecha para propagarse y provoca un repunte y una posible nueva ola.

Luego del repunte, todos nos asustamos y regresamos a cuidarnos más, por lo que el contagio baja. Es el mecanismo de las olas, y mientras sigamos en la secuencia, las olas persistirán. El virus se propaga muy rápidamente y lo observamos al analizar el efecto que un relajamiento ha tenido en la India. La situación del contagio se deterioró tan rápido, volviéndose tan grave que ha provocado una escasez mundial de vacunas. Para romper el ciclo de las olas es necesario cuidarnos más. Es muy difícil y no se ha logrado en ningún país.

La otra opción es lograr la inmunidad colectiva mediante una pronta y expedita campaña de vacunación masiva. Representa el mejor camino para asegurar la salud de la población y la actividad económica del país.

En Guatemala, la campaña de vacunación ha avanzado de una manera muy lenta. La vacunación se inició el 25 de febrero y a la fecha apenas hemos logrado vacunar al 1% de la población. Si seguimos vacunando al ritmo actual, de casi seis mil diarios, tardaremos cuatro años en alcanzar los ocho millones de personas adultas que el MSPAS estima necesario vacunar para asegurar la inmunidad colectiva.

Sería interesante que los señores diputados se interesen por el problema. Ellos pueden exigirle al Gobierno una campaña de vacunación masiva organizada en cooperación con la iniciativa privada y el TSE. El plan ya fue presentado para utilizar los centros de votación como centros de vacunación durante los fines de semana, durante dos meses.

Lamentablemente, vemos que la disponibilidad de la vacuna es el mayor problema actual y es el terrible lastre que no nos deja avanzar.

Por lo tanto, mientras el Gobierno logra asegurar el suministro de la vacuna y se organiza para la campaña masiva de vacunación, no nos queda otra que cuidarnos a nosotros mismos, respetando el semáforo y cumpliendo con los protocolos de seguridad y medidas de prevención.

Nuestras acciones son las que determinan el comportamiento futuro del contagio y es el contagio el que marca la actividad económica que podemos realizar.

Nuestro futuro está en nuestras manos.

ESCRITO POR:

Carlos R. Paredes

Consultor en desarrollo institucional y empresarial. Máster en Economía Aplicada y Administración de Negocios. Ingeniero Mecánico Industrial. Exdirector ejecutivo del Campus Sur UVG. Exdecano de la Facultad de Ingeniería UVG. Catedrático universitario.