URBANISMO Y SOCIEDAD
Hacinamiento vial urbano contaminado por el covid-19
El municipio de Guatemala ya no existe como ciudad, ahora ya lo compone el departamento, y hace referencia a que no tiene ya capacidad para dominar los problemas y la avalancha de población que cada día va hacia dentro y hacia afuera, por lo que existe necesidad de reducir la contaminación atmosférica. Como era esperable en Guatemala, la calidad del aire no ha mejorado sustancialmente.
Guatemala es ya una región, tiene 5,103,685 habitantes, todo lo cual ha cambiado los medios de transporte y creado una nube contaminante, generada por el tránsito vehicular por medio de motores de gasolina. La contaminación de los despliegues humanos sin control podría estar facilitando la expansión del covid-19, según la Alianza Europea de Salud Pública (EPHA).
' Primeros trazos para corregir un ambiente urbano del siglo XXI y el covid-19.
Alfonso Yurrita Cuesta
Más de 900 mil vehículos inundan el área metropolitana, que cuenta con 2,996 buses antiguos casi chatarra, más los “transurbanos”. Por lo tanto, la ciudad contiene un gran parque vehicular que ha aumentado en un 74%. Según estadísticas de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), ya hay 1.7 millones de vehículos; el parque vehicular registrado en el área central del país es de 1 millón 718 mil 713 automotores, un 74.94 por ciento más de lo reportado en el 2008.
En esta ciudad circulan millones de vehículos, motocicletas, camiones y autobuses que crean más problemas ambientales y de salud. A estos problemas con los cuales convivimos se suma ahora el covid-19.
Es importante cuantificar la disminución de la contaminación en relación con la reducción del tráfico y demás sectores.
ISGlobal ha creado la Iniciativa de Planificación Urbana, Medio Ambiente y la salud, que es un indicador y un prerrequisito para un desarrollo sostenible, con el objetivo de aplicar rigurosas evidencias científicas, herramientas e indicadores para fomentar el desarrollo urbano saludable y sostenible en que la salud es un indicador y un prerrequisito para un desarrollo sostenible.
La iniciativa reúne a expertos en urbanismo, médicos y responsables de todos los sectores, con el fin de optimizar los entornos urbanos para la salud y la economía. Aquí solo son los desastres naturales y el cambio climático que ponen de relieve la existencia entrelazada del ser humano y su entorno. “Cada vez somos más conscientes de la necesidad de entornos urbanos, de las adversidades que puedan proteger y fomentar la salud”.
Como ejemplo, Santiago de Chile, que junto con la Comisión Europea desarrolló una metodología para identificar a las áreas urbanas funcionales, la cual está ubicada en el puesto 30. Fue la ciudad que obtuvo una puntuación más elevada: 47.1 de las ciudades que están mejor en el ranquin. Esto permite realizar una puntación homogénea y objetiva, ayudando en la interpretación de los resultados del ranquin, y en diferenciar el posicionamiento entre ciudades, para saber cuán cerca o alejadas se encuentran, según los resultados.
Además, consideran una integración total del sistema de transporte, que incluye diferentes sistemas: como bus, metro, tranvía y medios como Uber. El tranvía funcionará como eje central del cambio del sistema de movilidad urbana, el cual involucra también un plan de sistema de buses en vías exclusivas. Todo esto estaría ligado a la futura conformación urbana en cuanto a densidades y uso del suelo, a través de planes reguladores urbano rural.