SIN FRONTERAS

Hierba buena

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No es que tenga explicación sobre la muerte. La verdad es que, cuando se trata de espiritualidad, mientras más años troto por la vida más preguntas me despiertan; las certezas se desvanecen. Hay quienes hablan sobre lo ulterior con la convicción de quien ya estuvo. Y otros que se aferran a una creencia de la no existencia del más allá de esta vida, de un fin ulterior para los días que se pueden ver. Que “toda convicción es una cárcel”, dijo Nietzsche, y advertidos estamos de lo que suele suceder cuando se conduce uno sin —por lo menos— un ojo abierto. Cerrados a nuevos aprendizajes que solo se conocen conforme se desenvuelve nuestro mundo. Sobre el nacer, y el trascender: eternas interrogantes de la especie humana. ¿Por qué se van los buenos? escuché decir esta semana a una buena voz. Son tiempos de pandemia. Y por virus o no, es cierto que el óbito nos visita más allá de lo habitual. Parece que se van los buenos, los necesarios para un mejor aquí. Esto lastima y se busca explicación. ¿Por qué ella? ¿Por qué él?

Las redes sorprenden diariamente con noticias. Algunas un tanto esperadas, y otras que rebalsan irracional inverosimilitud. Este año han sido muchos, pero solo esta semana tres sucesos, decesos, motivan esta reflexión. Una semilla luminosa, llamada Ana María; el faro claro, de nombre Jorge Mario; y un fuego desafiante, su nombre Mario Roberto. Cada uno con lo propio y en la cúspide de lo muy suyo. Pero los tres íntimamente interconectados, destacando en un camino compartido hacia un bien común, en una patria a la que estos tres creo que le dieron todo. Tuve oportunidad casual de compartir con Ana María, y por ese breve —pero cercano— encuentro comprendo el porqué de tanto amor de quienes dejó atrás. Y la admiración a quien, desde la autenticidad de su trabajo en la educación, la cultura y el arte, se atrevió a lo que pocos: meterse en política. ¡Y de qué forma lo hizo! En palabras de su amiga: fue motor en la creación de su Movimiento, habiendo incluso sugerido el nombre. Una entusiasta. La que daba ideas, la que dio las vueltas, la que organizó para financiar la idea, pues no solo con espíritu se da vida a un partido. “Hablar de ella es hablar de la gran Semilla”.

' Tantos buenos nombres se nos van.

Pedro Pablo Solares

Y qué se puede decir de alguien del talante de Jorge Mario García Laguardia. Un máximo referente —sin duda— del constitucionalismo, en una nación tan urgida de ideas claras para conducirse por el orden que brinda un pacto social, en el contexto de su propia sociedad. No solo un conocedor de la historia de Guatemala, un producto de ella, uniéndose su crónica a la de su padre, quien fue ministro de Educación de la Primavera, en el gobierno de Jacobo Árbenz. Su claridad legitimó el esfuerzo constitucional de finales del siglo pasado, pero también le dio en sus últimas etapas la solvencia para denunciar que el cambio actual no puede venir por procesos que respeten la “institucionalidad”. De este jurista habrá que hablar más sobre su llamado a la acción. Son revolucionarios como él, y como Mario Roberto Morales, quienes despiertan la reflexión, motivan el debate, y alimentan las ideas a un nivel extraordinario, navegando sobre la legitimidad ganada a base de proba autenticidad.

¿Por qué se van los buenos? A mí me pasó que mis amigos que jóvenes murieron fueron todos extraordinarios. Empecé a sospechar que no era casual, que hay algo más allá del dicho de que es la mala hierba la que nunca muere. Tantos buenos nombres se nos van. Entra desasosiego. Una duda sobre el futuro, en una patria, que encima, no honra el legado. El valor no es exaltado y la muerte de los buenos deja dolidas orfandades. Mientras más vivo se disipan las certezas y vienen más preguntas. Una de ellas es si ¿acaso la hierba buena se va para dejar espacio libre a que algo nuevo florezca? ¿Qué tal si ese algo pueda ser usted o yo? La inspiración nos la dejaron.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.