FAMILIAS EN PAZ

Impacto de la Reforma en el matrimonio y familia

|

La Reforma protestante del siglo XVI jugó un papel determinante en la transformación de la sociedad moderna. Su influencia no solo se dio en el aspecto social y económico, sino principalmente en la recuperación de valores cristianos, reconfigurando desde esa base el matrimonio y la familia.

' Lutero propuso, apegado al texto bíblico, la desacralización del matrimonio.

Rolando De Paz Barrientos

La sociedad medieval era fundamentalmente rural y la familia era una unidad política, económica y religiosa. Sus integrantes estaban unidos por un vínculo de parentesco por la vía masculina, es decir unidos por un mismo páter. La familia era un instrumento para producir relaciones de propiedad y dominación; una institución basada en deberes tradicionales impuestos por la burguesía y la religión donde prevalecían los intereses políticos y económicos del clan, antes que la realización del individuo.

La mujer se consideraba propiedad del varón, con la única función era satisfacer sexualmente al varón y darle hijos. Los niños, desde muy temprana edad, trabajaban la tierra y contribuían a la economía familiar bajo el modo de producción feudal. Los matrimonios eran, en muchos casos, un negocio entre los padres más que el resultado del amor entre la pareja. De esta cuenta muchos fracasaban y, en consecuencia, era habitual el adulterio.

La Iglesia católica normaba todo lo relativo al matrimonio, considerándolo como un sacramento, es decir un instrumento de la gracia salvífica y santificadora de Dios, por lo tanto, indisoluble. La ausencia de uno de los cónyuges por adulterio, violencia o abandono, implicaba para el cónyuge inocente, la pérdida de la salvación y la santidad, viviendo en estado permanente de condenación, no podía rehacer su vida luego de sufrir abandono.

Lutero propuso, apegado al texto bíblico, la desacralización del matrimonio, es decir, dejar de considerarlo como como requisito para la salvación, sino ser visto como una reconstrucción simbólica del mensaje del evangelio. El matrimonio había sido instituido por Dios para todos los hombres, eliminando la idea antibíblica que el celibato es un estado superior de santidad.

A partir de ahí, las iglesias reformadas establecieron el derecho protestante, y los Estados dieron vida al derecho civil. El amor conyugal tomaba ahora como ejemplo el amor sacrificial de Cristo por su iglesia. Juan Calvino por su lado acepta que las relaciones sexuales no tuvieran como fin único la procreación, dejándolo a criterio de la pareja. El modelo conyugal se basó entonces en la privacidad, el amor y la educación moral.

Se construye un nuevo modelo de familia: la mujer fue tomada en cuenta en la organización familiar, como buena educadora de los hijos y ayuda idónea de su esposo. Esta visión más horizontal de pareja que se convirtió en un modelo que luego influenció culturalmente Europa, permitiéndole salir del modelo medieval de las mujeres como propiedad para entrar en un modelo más relacional en igualdad de condiciones. Al respecto Isabel Morant en su libro Amor, matrimonio y familia indica que “Los escritos morales y las formas de piedad evangélicas abundaron en la concepción puritana de la familia como eje de la vida comunitaria y como una fuente de orden, en un período de inestabilidad marcado por el impacto de la revolución francesa y por la amenaza del radicalismo político”.

La familia es vista ahora, como un espacio íntimo y protegido, separado de las injerencias externas, con un orden moral según principios bíblicos. Hemos de reconocer entonces el legado de la Reforma en la familia y el matrimonio, pero, sobre todo, nunca perder de vista los fundamentos bíblicos a los que volvimos como sociedad.

ESCRITO POR: