La IX edición de la Cumbre de las Américas arrancó con muchos traspiés, tomando en cuenta que hasta este lunes se supo que no llegarían algunos de los presidentes invitados, como Andrés Manuel López Obrador de México, Xiomara Castro de Honduras, Alejandro Giammattei de Guatemala y Nayib Bukele de El Salvador. Con ello, los presidentes de los países latinoamericanos que más emigrantes tienen en Estados Unidos no estuvieron en la Cumbre.

Es en ese marco que la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, hizo el anuncio de nuevas inversiones en los países del Triángulo Norte. Me parece muy bueno el anuncio de nuevas inversiones, aunque hay que estar claros que su inclusión en la iniciativa “Llamado a la Acción” es más por razones políticas y que, aun sin la iniciativa, seguramente muchas de estas inversiones de todos modos se harían, pero eso no le roba el mérito a Harris de promocionarlas.

Entre las empresas que anunciaron nuevas inversiones se encuentran AgroAmérica, COATL, Fundación Terra, Gap Inc., Millicom, Pantaleón, SanMar, Unifi, Visa y Yazaki. Espero que la mayoría de esas inversiones se concreten pronto y que sean solo un adelanto de las que se pueden dar en los próximos años.

Según el BID, Latinoamérica tiene oportunidades con el nearshoring para aumentar en hasta USD 78 millardos sus ventas con nuevas exportaciones de bienes y servicios en las industrias automotriz, textil, farmacéutica y energías renovables, entre otras, en el corto y mediano plazos. El presidente del BID, Mauricio Claver-Carone, habló de la necesidad de apoyar a la reconfiguración de las cadenas globales de valor, lo que se ha convertido en una de las prioridades del banco.

Todo esto se da en medio de un escenario económico complicado, cuando, por ejemplo, este mismo martes el Banco Mundial hizo su reducción más grande en 80 años en las previsiones del crecimiento. A ello hay que añadir la presión que la inflación está teniendo sobre las empresas y los consumidores de todo el mundo.

La cumbre inició formalmente el miércoles con el discurso inaugural del presidente Biden. Aparte de la “Alianza para la Prosperidad Económica de las Américas”, Biden también se enfocó en el tema migratorio, afirmando que la inmigración irregular es inaceptable e hizo un llamamiento a los países de la región a asumir su “responsabilidad” en la crisis migratoria.

Hay que hacer la salvedad que la Cumbre es un tema completamente irrelevante dentro de la política estadounidense actual -como se puede apreciar de la poca cobertura que le han dado los medios más importantes- en donde están mucho más preocupados por las elecciones primarias de camino hacia las elecciones de mitad de período en noviembre, la economía, la inflación, y en las audiencias sobre la “rebelión” del 6 de enero, que iniciaron este jueves.

A ello hay que sumar los problemas de popularidad de Biden, cuya aprobación continúa cayendo a un promedio de 40.2 por ciento, aunque en las principales encuestas ya está en 39 puntos, el segundo peor punteo en la historia. Incluso Donald Trump, que siempre tuvo problemas de “aprobación” estaba más alto en este momento de su administración de lo que está Biden. Y los problemas de convocatoria a la Cumbre no le están ayudando en nada.

Y en cuanto al tema de migración, podrán hacer grandes declaraciones, pero la realidad económica, no solo de los países latinoamericanos sino ahora también de Estados Unidos -con la escasez de mano de obra, incluso en las labores que generalmente realizan los indocumentados-, harán que ese país siga siendo un gran foco de atracción de inmigrantes que buscan mejorar su nivel de vida. Mientras no se logre incrementar las inversiones y la creación de empleos productivos en la región, la gente seguirá emigrando.