FUERA DE LA CAJA

La información de la mirada

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Toda comunicación interpersonal comienza con la mirada. Con la mirada se desata un torrente valioso de información racional y emocional que el interlocutor puede decodificar y procesar. El contacto visual es tan rico en información que, de un vistazo, por su medio se diseminan mensajes cuya profundidad es capaz de traspasar las barreras del idioma. En muchas ocasiones decimos con los ojos lo que nuestras palabras tratan de callar. La interpretación y uso de códigos que confluyen en “el lenguaje de la mirada” puede dar a negociadores, solucionadores de conflictos, vendedores, políticos y maestros, por mencionar a algunos profesionales, una ventaja competitiva para potenciar sus puntos de vista frente “al otro”. La observación de los ojos del interlocutor al dialogar, sobre todo ahora que la mascarilla oculta las otras partes del rostro, es un recurso importante para acceder a información valiosa, por la revelación involuntaria de mensajes subyacentes derivados del momento, la coyuntura o el subconsciente.

Las reacciones racionales y emocionales, las actitudes, al igual que los grados de atención o ausencia, son objeto de estudio de la oculésica, la disciplina que se dedica a estudiar la información transmitida a través de los ojos. No obstante que las investigaciones aún son escasas y complejas, hay resultados reveladores que permiten interpretar algunos gestos oculares. Una persona que mantiene de forma extrema una mirada fija puede ser percibida como hostil o dominante, en tanto que si la mirada es desviada frecuentemente podría ser percibida como tímida, sumisa, antipática, o incluso que siente incomodidad con la interacción en la que participa.

' La mirada desata un torrente valioso de información racional y emocional que el interlocutor puede decodificar y procesar.

Klara Campos

El psicólogo Eckhard H. Hess, pionero en los estudios de pupilometría, una de las ramas de estudio de la oculésica, demostró que el estado de excitación de una persona afecta el tamaño de sus pupilas. La dilatación y contracción pupilar —afirma— son posibles indicadores de estados mentales o emocionales.

Las investigaciones de Hess demostraron que los estímulos placenteros o positivos causan dilatación pupilar, en tanto que los estímulos o desagradables podrían causar contracción. Algunos vendedores hacen uso de este conocimiento y al percibir que a su potencial comprador le gusta el producto sus pupilas se dilatan; entonces pueden reafirmar sus argumentos y concretar la venta. Otro ejemplo importante se encuentra en los niños: su manifestación de alegría ante el cariño que recibe no la expresa en palabras comprensibles, pero lo que revela con la ternura de su mirada es intensamente precisa. El respeto, la empatía, la adhesión o la aceptación de un argumento logrados en el entorno de una interlocución confirman el poder del lenguaje de la mirada, en ocasiones más allá de la comunicación verbal.

Es enriquecedor advertir cómo los ojos, los músculos adyacentes, las cejas y hasta el ritmo de parpadeo integran una manifestación profunda e inconfundible del lenguaje no verbal, en muchos casos con mínimos tiempos de exposición. Sin necesidad de verbos y adjetivos, como el lenguaje escrito o hablado, detalles como la apertura o la contracción de pupilas, el movimiento de ojos y cejas y el enfoque de la mirada constituyen vetas de luz del pensamiento y de las emociones que suelen estar presentes durante una conversación.

Nada como el contacto visual para entender lo que muchos autores afirman: los ojos son la ventana del alma que, incontrolablemente, se cierra o abre por los estímulos positivos o negativos que entran a través de ella.

ESCRITO POR:

Klara Campos

Licenciada en Comunicación con maestrías en Estudios Estratégicos y Comunicación no Verbal. CEO de Klaro Comunicación, S. A. Asesora en comunicación 360°; en estrategia, medios y publicidad, y gestión de reputación y crisis.

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