SI ME PERMITE

La Navidad debe fortalecer a nuestra familia

|

“La familia virtuosa es una nave que durante la tempestad está sujeta por dos anclas: la religión y las costumbres”. Montesquieu

En cada familia, usualmente se planifica con mucho cuidado para no dejar fuera a ningún miembro o amigos a los que se está pensando invitar para pasar juntos los momentos tan significativos que la Navidad representa, pero lamentablemente estamos mucho más concentrados en lo que comeremos que en el tiempo que estaremos juntos, compartiendo momentos que pueden mejorar nuestra relación.

' La simple reunión de familia no ayuda, a menos que se sientan parte indispensable y se conviva.

Samuel Berberián

Es lamentable que elementos secundarios posiblemente están siendo causa de distracción, tales como horario o el lugar de la reunión, cosas que fácilmente se pueden negociar y llegar a un consenso entre todos los familiares que asistirán.

Para evitar esto debemos cuidadosamente planificar la reunión familiar, conociendo la variedad de temperamentos que hay entre nuestros familiares, para que no tengamos casos de enfrentamientos, pero tampoco silencios que parezcan que simplemente estamos en el tiempo de la comida y luego partiremos cada uno a nuestras casas.

Hay miembros en cada familia que son expertos en crear armonía, y por lo mismo pueden presidir el tiempo que se pasa juntos, para que este sea provechoso y deje recuerdos tan agradables que pueda y quiera fácilmente buscarse otra oportunidad, aunque no sean días festivos, para que la familia pueda estar junta y pasar momentos agradables.

Sin lugar a duda las improvisaciones no son la mejor manera de estar juntos y de fortalecer los lazos familiares. Esto simplemente se puede lograr con una buena planificación que dejará un buen sabor del momento cuando se le recuerde.

Por ello es que la comida no debe ser el centro de la reunión, sino la misma convivencia, que puede terminar con la comida, sin lugar a duda.

Dos cosas que en estas reuniones deben ser bien planificadas y rigurosamente observadas son, en primer lugar, el presupuesto con el que se cuenta, para no excederse con gastos que luego nos llevarán a serios problemas que de ninguna manera son justificados. En segundo lugar, debe tenerse presente el estado de salud de los que se reúnen y las edades de ellos, para que, acorde a ello, los planes puedan ser gratificantes. De lo contrario nos encontraremos con una infinidad de disculpas porque no podrán participar o posiblemente se retiren antes de que termine la reunión familiar.

Para que los lazos familiares puedan fortalecerse y permanecer por mucho tiempo, una cosa que se debe tener muy presente es mantener sobriedad en todo lo que se dice o se hace, como también en la moderación de lo que se está comiendo.

Ser sobrio no es estar formales y serios, es más bien ser medido en lo que se dice, y cuando se hace algún comentario poder permitir a los presentes opinar o exteriorizar su modo de ver las cosas.

Una navidad en familia debe ser como un logro tan agradable que se conserve el sentir de volverlo a repetir y, por qué no, poderlo mejorar. Esta es una tarea que deben tener muy presentes los que planifican y organizan los momentos para las reuniones familiares y, en particular, en esta navidad.

La manera más práctica sería que los miembros de la familia que están organizando la convivencia se reunieran y planificaran los detalles de la actividad, visualizando cómo fortalecer los lazos familiares en esta navidad.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.