SI ME PERMITE

La sonrisa es una puerta para las relaciones

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“Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe, sin empobrecer a quien la ofrece”. Charles Chaplin

La sonrisa que dibujamos en el rostro dentro de los marcos de convivencia de nuestra sociedad (y que ha llegado a ser parte de nuestros mensajes subliminales) es un mensaje que se está comunicando, o bien son sentimientos que estamos exteriorizando, sea para gratificarnos a nosotros mismos o bien para los que nos están acompañando.

' Las sonrisas genuinas del hombre están primero en el corazón y luego se proyectan en el rostro.

Samuel Berberián

Nada cuesta en algún momento pedir a alguien que sonría, cosa muy común que se hace a la hora de que nos estén sacando una fotografía, pero si bien se dibuja la sonrisa, es muy evidente que fue dibujada en el rostro pero no surgió de su persona como algo natural y propio. Por ello las sonrisas dibujadas y pintadas simplemente son un maquillaje para suplir algo que no tenemos por naturaleza.

Podemos recordar muchas circunstancias en nuestra vida en las que, por una simple sonrisa de un rostro, toda la atmósfera de una reunión o encuentro cambió el curso, favoreciendo en una forma positiva el resto del tiempo que estuvo el grupo reunido. Sabiendo esto, debemos ser los voluntarios o bien los iniciadores de ofrecer una sonrisa genuina de nuestra parte en favor del resto del grupo.

En muchos encuentros o reuniones podemos oír a lo lejos carcajadas y risas que se tienen en el grupo, y por ello llegamos a la conclusión de que el grupo está teniendo un buen tiempo y, por lo visto, la está pasando muy bien. Pero si entramos y los observamos, no necesariamente el grupo tiene una sonrisa en el rostro, además nos podrían recibir posiblemente con la interrogante de si necesitamos algo o qué estamos buscando. Pero si el recibimiento es favorable. se nos ofrecerá una sonrisa que comunica aprobación.

La calificación social que tenemos en nuestros medios respecto de la sonrisa que se nos está ofreciendo usualmente son diversos mensajes, sean estos de bienvenida para algunos o bien un saludo de amable cortesía o el simple hecho de una manera de reconocer que nos vieron. Lo interesante es quien expresa la sonrisa tiene su razón, pero eso implica que nosotros lo entendemos igual. Por ello se construyen algunos malentendidos, por el simple hecho de que afirmamos que la persona nos sonrió, indicando aprobación.

Conocemos a aquellos que se integran en un grupo y con una simple sonrisa cambian toda la atmósfera de la reunión y son un aporte positivo y gratificante. Ese modelo es un excelente ingrediente que deberíamos asimilar y ser nosotros los que, con una sonrisa, favorezcamos los cambios para bien en cada grupo donde nos integramos o somos participante con una frecuencia relativa. Sea esto planificado o no, este llega a ser un elemento que nos identifica, y los que están allí muchas veces puede que no recuerden nuestro nombre, pero sí recuerdan que somos la persona que al llegar obsequia una sonrisa a los presentes.

Es innegable que los días que nos está tocando vivir nos están regalando preocupaciones, sin tenerlas que pedir y que de ninguna manera podemos evadir. Además, las soluciones que se nos ofrecen nos dejan mucho más perplejos que gratificaciones. Por lo mismo, las sonrisas cada vez son más escasas en los rostros de nuestro entorno. A la luz de esta realidad, seamos nosotros los que hagamos la diferencia, para bien de los nuestros.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.