PUNTO DE ENCUENTRO

Libertad para Jose Rubén Zamora

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Al periodista Jose Rubén Zamora Marroquín (JRZ) lo detuvo el MP de María Consuelo Porras Argueta el 29 de julio de 2022. El operativo que dirigieron los fiscales Cinthia Monterroso y Rafael Curruchiche y ordenó el juez Fredy Orellana (el combo Engel) fue violento y desproporcionado. Al mismo tiempo fueron allanadas las oficinas de elPeriódico en un claro mensaje de la Fiscalía: el medio no debía circular más.

Han pasado 550 días en los que JRZ ha enfrentado innumerables vejámenes y arbitrariedades. A las condiciones de la celda de aislamiento en la que fue recluido, en la que prácticamente no entra luz pero sí toneladas de polvo y plagas, se agregaron las requisas nocturnas con perros, ruidos continuos para no dejarlo dormir y el permiso de salir a tomar el sol solamente una hora al día.

Su familia tuvo que abandonar el país por el riesgo de ser arbitrariamente detenida y varios de sus abogados fueron condenados en juicios exprés, obligados a aceptar cargos para que nos les refundieran en prisión. Un grupo de nueve columnistas y periodistas de elPeriódico fue señalado por el MP de obstrucción de la justicia y el juez Jimi Bremer ordenó investigarlos. La mayoría salió al exilio y, aunque 11 meses después se trasladó el caso a un tribunal de imprenta, la Fiscalía ya apeló la decisión.

JRZ fue condenado en junio de 2023 a seis años de cárcel inconmutables por el delito de lavado de dinero. El MP había solicitado 40 años y lo acusaba también de los ilícitos de chantaje y tráfico de influencias. A decir del tribunal, la Fiscalía no pudo sustentar esas dos acusaciones y de estas fue absuelto. Sin embargo, y a pesar de que no se probó el origen ilícito del dinero (indispensable para que exista lavado de activos); de que se le negó el derecho de presentar sus pruebas en el juicio (incluidas las que demostraban de dónde provenía el dinero) y de que tuvo que cambiar en diez ocasiones de defensores por las presiones y la persecución judicial que sufrieron, el tribunal lo condenó y lo mantuvo en prisión. Tampoco podemos olvidar la acusación espuria en contra de la fiscal Samari Gómez, a quien Porras, Curruchiche y Monterroso involucraron para poder endilgar al periodista el delito de tráfico de influencias. Por esta fabricación, la abogada Gómez sufrió más de un año de injusta prisión.

' 550 días de persecución penal espuria e indebida.

Marielos Monzón

En octubre, una sala de apelaciones anuló la condena contra Zamora y ordenó repetir el juicio pero mantuvo la prisión preventiva. El periodista está enfrentando un segundo proceso, igual de espurio y fabricado que el anterior.

¿Pero por qué las acusaciones contra Jose Rubén son parte de una persecución indebida del MP y un claro ataque contra la libertad de expresión y el periodismo independiente? Primero, porque el caso Zamora se inserta en un contexto de persecución y criminalización contra operadores de justicia y periodistas que investigaron y desvelaron grandes tramas de corrupción. Segundo, porque las investigaciones de elPeriódico —144 solo en el primer año del gobierno de Alejandro Giammattei y Miguel Martínez— desnudaron el accionar criminal de la pareja presidencial (ver La fábula del Ogro y el Principito Azul que lo quería todo) y tercero, porque a la par de la persecución penal se emprendió una estrategia para ahogar financieramente al medio y obligarlo a cerrar.

El nuevo gobierno no puede liberar a Zamora porque eso compete al sistema de justicia. Pero sí puede y es su deber garantizar su vida e integridad y condiciones dignas de prisión. Llegará el día en que Consuelo Porras y su estructura deban enfrentar cargos por retorcer la ley y manipular el ejercicio de la acción penal para perseguir inocentes; mientras ese momento llega seguiremos exigiendo su renuncia, la libertad de Jose Rubén Zamora y la de todos los presos políticos.

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.