Desde ginebra

Los desafíos y oportunidades del comercio

A pesar de las oportunidades, el futuro del comercio también presenta desafíos.

El comercio, una de las actividades más antiguas de la humanidad, está experimentando una transformación sin precedentes en el siglo XXI. La convergencia de tecnologías emergentes, cambios en los patrones de consumo y la creciente preocupación por la sostenibilidad están redefiniendo cómo compramos, vendemos e interactuamos con los productos y servicios. El futuro del comercio se presenta como un escenario dinámico, donde la innovación y la adaptabilidad serán clave para el éxito.

Los desafíos y oportunidades del comercio

La tecnología como motor del cambio, donde la digitalización es el eje central de la evolución del comercio y el comercio electrónico que cambia la forma como las personas compran, seguirá creciendo a un ritmo acelerado. Según estimaciones, para 2025 las ventas globales en línea podrían representar más del 25% del comercio minorista total.

La inteligencia artificial y el machine learning están permitiendo una personalización sin precedentes. Los algoritmos analizan el comportamiento de los consumidores para ofrecer recomendaciones precisas, anticipar necesidades y optimizar la experiencia de compra.

Otra tecnología es el blockchain, que promete mayor transparencia y seguridad en las transacciones. En el futuro, los contratos inteligentes podrían automatizar acuerdos comerciales, eliminando intermediarios y reduciendo fraudes. Asimismo, el metaverso está abriendo nuevas posibilidades para el comercio virtual, donde los consumidores podrán interactuar con productos en entornos inmersivos antes de realizar una compra.

El futuro del comercio también estará marcado por la sostenibilidad. Los consumidores son cada vez más conscientes del impacto ambiental de sus compras, lo que ha llevado a las empresas a adoptar prácticas más responsables. La economía circular, que promueve la reutilización y el reciclaje de productos, está ganando terreno.

El comercio sostenible también implica una mayor transparencia en las cadenas de suministro. Los consumidores exigen saber de dónde provienen los productos y en qué condiciones fueron fabricados. Tecnologías como el blockchain permiten rastrear el origen de los productos, garantizando que cumplan con estándares éticos y ambientales.

En el futuro, es probable que las empresas que no adopten prácticas sostenibles pierdan relevancia en el mercado. El consumidor del futuro busca experiencias únicas y personalizadas. Las empresas están utilizando big data y análisis predictivos para entender mejor a sus clientes y ofrecer productos y servicios adaptados a sus necesidades. La personalización no se limita a recomendaciones en línea; también incluye la creación de productos a medida, como zapatos impresos en 3D o suplementos nutricionales basados en el ADN del cliente.

La omnicanalidad, es decir, la integración de canales físicos y digitales es otro aspecto clave. Los consumidores esperan una experiencia fluida, donde puedan comprar en línea y recoger en tienda, o viceversa. Las tiendas físicas están evolucionando hacia espacios experienciales, donde los clientes pueden interactuar con los productos de manera innovadora.

A pesar de las oportunidades, el futuro del comercio también presenta desafíos. La ciberseguridad será fundamental para proteger los datos de los consumidores y garantizar la confianza en las transacciones digitales. Además, la brecha digital podría excluir a ciertos segmentos de la población, lo que requerirá esfuerzos para garantizar un acceso equitativo a las nuevas tecnologías.

ESCRITO POR:
Eduardo Sperisen Yurt
Embajador. Representante permanente de Guatemala ante la OMC. Fue primer presidente y fundador de la Gremial de Exportadores de Productos No Tradicionales y presidente del Grupo de Negociación multilateral del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio de la OMC.