DE MIS NOTAS
Los elefantes blancos y rosados en El Estor
Entre la cacofonía de voces de los cientos de comunitarios alquilados a Q200 el día, con comida, pancartas, metamensajes y eslóganes para vociferar en las manifestaciones, hacer bloqueos, ejecutar invasiones, destruir plantaciones y llevar a cabo hasta asesinatos, se esconde la realidad de lo que realmente ha venido aconteciendo en El Estor, comunidades adyacentes y en otras regiones del país, desde hace tiempo.
Y es por ahí, en medio de las justificaciones que se pregonan en esas letanías sobre la violación de la Pachamama y la carabina de Ambrosio, que se encuentra la realidad, verificada y autenticada por los hechos concretos y los testimonios de lugareños pensantes —que viven ajenos a todo ese enredo porque también son víctimas— y lo único que anhelan es tener la libertad de trabajar con mínimos razonables de gobernabilidad e imperio de la ley. Es en esa dimensión de los hechos en donde se puede conocer el cuadro grande del Estor, ese lugar tan bonito y lleno de recursos naturales como también de historias de espantos, crímenes y conflictos.
Hay muchas excusas para distraer la atención de los “elefantes blancos, amarillos y rosados” que pasan invisibles por las rutas del narcotráfico allá en la transversal del norte y otros lugares que se adormecen como zompopos de invierno sin ninguna actividad policíaca o de fuerzas de seguridad, cuando se ejecuta —con la precisión de un desembarco militar— toda una serie de acciones de bloqueo, manifestaciones, retenciones, etc. Muy conveniente.
' Muy conveniente la distracción, mientras pasan los paquidermos cargados con polvitos y otras cositas por las rutas definidas.
Alfred Kaltschmitt
Hay pasos de paquidermos grandes, y todos lo saben… Recordemos que hace menos de 24 meses, el 4 de noviembre del 2019, fueron emboscados y asesinados tres infantes de la Marina por un grupo armado de narcos en la comunidad de Semuy II, en el Estor. Prensa Libre reportaba que “los otros militares fueron retenidos por los atacantes, y cuando el Grupo de Acción Rápida (GAR) e Inspectoría General acudieron al lugar para brindar apoyo al Ejército, no pudieron ingresar a la comunidad por el rechazo que mantenían los comunitarios contra las autoridades. La Policía Nacional Civil también informó que fueron localizadas plantaciones de coca y un laboratorio para procesar drogas”. (Prensa Libre 12-09-19).
Un análisis de Insight Crime, de fecha 8 de octubre 2021, reportaba que “los cuatro narcolaboratorios desmantelados en Izabal tendrían capacidad de producir entre 20 y 30 toneladas de cocaína cada 40 días, de acuerdo con investigaciones que InSight Crime ha hecho sobre la producción en laboratorios similares en Colombia”.
“Si se toma en cuenta que, según la ONU, el precio del kilo de cocaína en Guatemala era, para 2017, de US$13 mil, estamos hablando de que esos cuatro laboratorios representarían una producción mensual que rondaría los US$293 millones”.
El problema del Estor —y otras áreas utilizadas por el crimen organizado— es multidimensional. En donde, adhiriéndose a los movimientos antiminería, las invasiones de fincas, los bloqueos y las diversas luchas reivindicativas de grupos de campesinos, planifican, financian y ejecutan diversas actividades clandestinas, aprovechando el desvío de atención y la concentración de fuerzas sobre un lugar, a expensas de otros…
Los grupos armados que enfrentaron a la policía e impedían la libre locomoción sembraron el caos durante semanas. La economía se vino abajo y la población aplaudió cuando se estableció el estado de Sitio. Cuando ya no les convino utilizaron ciertos tambores de resonancia a su alcance, buscando la simbiosis conveniente para protestar en contra. Ayer terminó el estado de Sitio y lo cambiaron a estado de Excepción por 15 días.
Elefantes blancos y rosados… De eso se trata esta novela…