SI ME PERMITE

Los voluntarios son los que nacen del corazón

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“La esencia de la vida es servir a los demás y hacer el bien”. Aristóteles

La práctica de una actividad de voluntariado nace en la disposición que cada persona tiene y se conoce a sí misma lo suficiente para saber que tiene la capacidad o tal vez la preparación para hacer algo; como se percibe que hay un espacio que no ha sido cubierto, se adelanta para hacerlo.

' Lo más satisfactorio en esta vida es haber podido ser capaz de darse de uno mismo a los demás.

Samuel Berberián

Lo agradable es que el 5 de diciembre se establece por la ONU como el día internacional del voluntariado en su reunión del 17 de diciembre del año 1985, y es muy fácil la celebración o el reconocimiento de aquellos que han manifestado su voluntad en bien del prójimo, como el caso de los bomberos voluntarios. Pero cuando queremos reproducir este comportamiento en el ser humano debe ser formado en la niñez al invitarlos a cooperar en lo que se está haciendo para que sea parte de ellos el hacerlo.

La asimilación de un espíritu de voluntariado se desarrolla en la gratificación que uno tiene cuando tuvo la oportunidad de extenderse al prójimo y cooperar para lograr algo que de otra manera frustraría todo un proyecto.

Alrededor de esta mentalidad se han organizado instituciones integradas por individuos que voluntariamente se asocian para ayudar y cooperar en proyectos que una sola persona no podría hacer, pero cuando un grupo se organiza logra actividades que de alguna manera hermosean la historia por su altruismo y determinación.

Es sorprendente cuando los que están involucrados en programas de voluntariado tiene la oportunidad de compartir el modo como llegaron a involucrarse en ello, reflejan una gratificación alcanzada que va más allá de lo que pueden describir. Por ello generan un contagio al extremo que sus allegados en algún momento les pedirán que los incluyan a ellos porque ellos también quieren ser partícipes.

Para algunos de los que son parte de un cuerpo de voluntarios fue un acontecimiento que les despertó el interés de unirse a un programa, pero conocemos a otros los cuales vieron alguna película o leyeron alguna biografía que les impactó a tal modo que decidieron integrarse en proyectos de voluntariado. Esto es mucho más común en los jóvenes o adolescentes que al momento de escoger la vocación para el resto de su vida el voluntariado llega a ser la opción.

Si lo anterior es algo real en nuestro medio, los mayores debemos de alguna manera tener parte en esto, sea motivando o animando a la nueva generación, compartiendo con ellos biografías o presentándoles a las personas que están activas en una de estas tareas. En esta vida no solo se debe ver lo utilitario de la vida, también debe considerarse el aspecto humanitario para poder de alguna manera tener una vida de logros y gratificaciones.

Es muy interesante que los que están involucrados en tareas de voluntariado han llegado a desarrollar sus capacidades al extremo que sus propios familiares nunca pensaron que lo que ellos tenían como un simple interés o deseo de hacer ha llegado a ser una profesionalización de la más alta calidad.

Es bueno que cada uno de nosotros estimulemos y apoyemos los proyectos de voluntariado y en particular ser voceros de ellos para que otros también conozcan la tarea que en algunos casos llega a ser heroica y en el marco de alto riesgo.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.