CON OTRA MIRADA

Nueva Guatemala de la Asunción

|

La Ciudad de Guatemala, como tantas otras poblaciones ofrendadas a la Virgen de la Asunción, desde el jueves 15 celebra su fiesta patronal, lo que en el mundo católico occidental no es novedad. El Nuevo Mundo descubierto para la honra de los reyes de España y dedicado a la Gloria de Dios, tampoco fue la excepción.

Empezando con Cristóbal Colón, los subsiguientes viajeros y primeros conquistadores llegaron con la imagen de la expulsión de los judíos de España ordenada en 1492 por los reyes católicos mediante el Edicto de Granada, con el fin de impedir su influjo sobre los cristianos para judaizarse. Siguieron los moriscos, pues la monarquía buscaba crear un reino cristiano y tener una sola ley para todos. La presencia de los árabes, considerados infieles, según se pensaba, ofendía a Dios y por lo tanto había que expulsarlos. Hacia 1526, el islam estaba prohibido en España, aunque muchos seguían practicando en secreto su religión, conservando cultura y costumbres.

Ante esa realidad, la presencia española en el Nuevo Mundo vino de la mano de la espada y la cruz, lo que se reflejó cuando Pedro de Alvarado fundó, el 15 de mayo de 1524, la ciudad Quezaltenango, en Zakaha —reino K’iche’—, y los franciscanos construyeron la primera capilla católica dedicada a la Virgen de la Concepción, llamada La Conquistadora. Siguiendo su camino territorio adentro, Pedro de Alvarado se encontró con otro reino, el Kaqchikel, en la ciudad de Iximché, donde fundó, el 25 de julio de 1524, la ciudad Santiago de Guatemala. Su historia es conocida, pues llegó a ser sede de la Capitanía General del Reino de Guatemala, que abarcó parte de los actuales territorios de Chiapas, Centro América y Panamá, y que por razones circunstanciales debió ser trasladada en tres oportunidades.

La primera en 1527, apenas tres años después de su fundación, por problemas de seguridad que obligaron a Jorge de Alvarado, a cargo de la ciudad, a moverse lejos de centros urbanos precolombinos. Seleccionó el Valle de Almolonga, al pie del Volcán de Agua, en donde permaneció hasta 1541, cuando un alud con agua, lodo, piedras y troncos bajó de las quebradas del volcán arrasando la incipiente ciudad. Ante eso, se tomó la decisión de trasladarla nuevamente al vecino Valle de Panchoy, en donde mantuvo su nombre y patrono protector, oficializándose su traslado el 10 de marzo de 1543. Ahí permaneció durante los siguientes 230 años, desarrollándose política, administrativa, religiosa, económica y culturalmente.

' Virgen de la Asunción, patrona del pueblo de Jocotenango, primero en trasladarse y asentarse.

José María Magaña

Los terremotos del 29 de julio de 1773 destruyeron la ciudad por enésima vez. Los vecinos estuvieron dispuestos a reconstruirla, en tanto el capitán general Martín de Mayorga, recientemente llegado, entró en pánico y obtuvo la orden real de trasladarla. Acudió a todos los recursos a su alcance para lograrlo, incluyendo las amenazas.

En esa tercera ocasión se eligió el valle de la Ermita, de la Virgen, de las Vacas o de la Culebra, oficializando su nuevo asentamiento el 2 de enero de 1776. El 22 de octubre fue promulgada la orden real del 23 de mayo, disponiendo titularla Nueva Guatemala de la Asunción, en atención a la patrona del pueblo de Jocotenango, primero en trasladarse y asentarse, pues su habitantes, reconocidos alarifes y fontaneros fueron indispensables para enfrentar el reto de edificar la nueva ciudad, con los materiales y elementos arquitectónicos producto del ordenado despojo de la destruida y abandonada Santiago… que a partir de entonces se la refirió como la antigua Guatemala, la destruida, la abandonada, la desamparada.

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.