Desarrollo de país

Papa Francisco: Humildad, paz y conciliación

Fue conocido por su humildad, la especial atención a los pobres y su compromiso por la paz y la conciliación.

Francisco o Franciscus, de nombre secular Jorge Mario Bergoglio, fue el 266 Sumo Pontífice de la Iglesia Católica. Nació en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936, donde residió hasta que fue elegido en el Vaticano como sucesor de Pedro, el 13 de marzo de 2013. Falleció el Lunes de Pascua, en su habitación en la Casa Santa Marta en el Vaticano, a los 88 años, después de unos meses de enfermedad. Fue el primer pontífice latinoamericano (argentino) y el primero de la congregación jesuita.

Hay que resaltar la capacidad de convocatoria que tuvo el funeral del Papa Francisco.

Desde que fue elegido decidió no usar la indumentaria definida en el Vaticano para el Papa, ya que prefería usar algo más simple. También decidió vivir en la Casa Santa Marta, donde se hospedan los cardenales y obispos, y no en la residencia papal del Palacio Apostólico vaticano, usada por sus antecesores desde 1903. Así que fue conocido por su humildad, la especial atención a los pobres y su compromiso por buscar siempre la paz y la conciliación a través del dialogo. Como soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, que atiende lo político, lo administrativo, lo legislativo, lo judicial y lo religioso, buscó la simplificación en la administración del Estado vaticano, la transparencia en las finanzas y la eficacia de la comunicación. También profundizó en temas como la lucha contra la pedofilia y los abusos y la protección de menores y de migrantes. Apoyó una mayor participación de las mujeres en la Iglesia y defendió valores de justicia social, algo central de los jesuitas.

Cultivó la vocación evangelizadora, siguiendo los pasos del Papa San Juan Pablo II, habiendo realizado 47 viajes fuera de Italia, a 66 países distintos. En América visitó Canadá, Estados Unidos, México, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Paraguay, Brasil y Cuba, pero nunca su natal Argentina.

Siempre escuché al Papa Francisco hablar de la paz y de conciliación y no cabe la menor duda de que quiso apoyar en detener las guerras. Seguramente, no tuvo las suficientes alianzas o el suficiente poder para lograrlo. En cambio, el polaco Papa San Juan Pablo II fue clave en el fin de la Guerra Fría, junto con el último presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, y los presidentes de Estados Unidos, Ronald Reagan y George Bush.

Hay que resaltar la capacidad de convocatoria que tuvo el funeral del Papa Francisco, donde asistieron monarcas como Felipe y Letizia de España; los reyes y reinas de Bélgica, de Suecia y de Jordania; el príncipe y la princesa de Mónaco, y otros más. También, jefes de Estado o de Gobierno, iniciando por América: Javier Milei, de Argentina; Lula da Silva, de Brasil; Luis Abidaner, de República Dominicana; Daniel Noboa, de Ecuador; Xiomara Castro, de Honduras; Donald Trump, de Estados Unidos, y de muchos países de Europa, África, Asia y Oceanía. De muchos países más llegaron representantes de Gobierno a presentar las condolencias. También fue visible que algunos mandatarios aprovecharon para reuniones claves como la de Trump con el presidente de Ucrania, donde Trump quiere colaborar con parar esa guerra.

Fue lamentable no ver la presencia del presidente ni de la de la vicepresidenta ni del canciller de Guatemala. Me parece que, a ese tipo de eventos, un jefe de Estado y de Gobierno debe asistir. Al presidente Arévalo lo vi activo cuando capturaron a su viceministro en el Ministerio de Energía y Minas, Luis Pacheco, quien fue presidente de los 48 Cantones en 2023, cuando tuvo lugar el Octubre Negro. Tristemente el conflicto entre el presidente y la fiscal general lo tratan a nivel mediático y político, y no hay soluciones. Daría pena saber que ese evento haya limitado al presidente Arévalo en no asistir al funeral del Papa Francisco, así como da pena que no atiendan con la prontitud del caso el tema de aranceles con los Estados Unidos entre el Mineco y el USTR.

ESCRITO POR:

José Santiago Molina

Economista y MBA por la Universidad de Dallas en Texas, Estados Unidos. Director de empresas del giro agrícola, pecuario, industrial, comercial y financiero.