SIN FRONTERAS

Primera parte de un viaje transversal

|

Durante los últimos días tuve la enorme oportunidad de hacer un viaje por El Salvador y Guatemala, acompañando a un equipo periodístico de exposición mundial, que ha venido a la región para investigar sobre las luchas que están sufriendo los campesinos agricultores de la región, debido a cambios en los climas y que en especial causan variación en las lluvias, y por tanto, en la calidad y la cantidad de lo que cosechan. Un interés último de la investigación, pone atención a la cadena causal de la migración climática: Falta de lluvia lleva a falta de comida; y esta lleva a la necesidad forzada de abandonar el terruño. Ya sea hacia alguno de los hostiles centros urbanos del país —con todos sus problemas— o hacia el “Norte”, como una decisión —digamos— más final. El viaje inició por los departamentos orientales del hermano país vecino, y terminó en Aguacatán, Huehuetenango. Es decir, atravesamos transversalmente los dos países, casi de extremo a extremo. Entrevistamos a más de treinta personas: agricultores, sus familias, líderes comunitarios, pequeños emprendedores en la ciudad, y gente desesperada. La constancia de las respuestas, en variados lugares y en variados tipos de población, fue alarmante.

' Quedamos lacerados tras visitar —en su pobre residencia— a la familia de Juan de León.

Pedro Pablo Solares

De las entrevistas salvadoreñas quedó resaltada la evidente y constante limitación que tienen nuestros vecinos de mudarse de un lugar a otro. En un país cuyas ciudades están en su totalidad —según dicen los locales— divididas en territorios de las pandillas organizadas, para un vecino es extremadamente limitado poderse trasladar hacia un barrio que no es el propio. La huida del país queda como única opción viable, entonces, para los oriundos del campo afectados por las sequías que les tienen sin comida, y a quienes se les imposibilita ya emigrar internamente a trabajar en ciudades más grandes, donde podrían quizás encontrar un poco de trabajo, como en Santa Ana, Sonsonate, o –no digamos- en la propia capital San Salvador. Es ilustrativo que es una costumbre generalizada entre los jóvenes, jamás portar el documento de identidad salvadoreño (DUI), pues en El Salvador, el documento indica la dirección del ciudadano, y por tanto, el territorio criminal que domina el lugar donde vive.

Entrando al corredor seco guatemalteco, quedamos lacerados tras visitar -en su paupérrima residencia- a la familia de Juan de León, el adolescente guatemalteco que murió a finales del mes pasado en un hospital estadounidense. Lo único que sabe expresar la familia de Juan, es que recién había cruzado la frontera cuando fue apresado por la patrulla fronteriza. Escasos días después, comenzaron a recibir llamadas de personal médico, anunciándoles que su hijo había sido intervenido de gravedad. Hay enorme confusión en la familia de las causas de la repentina e inesperada dolencia de Juan, y se lamentan de que rogaron al personal médico para que no lo “operaran”, pues temían que no fuera lo suficientemente fuerte para resistir una intervención. Este nuevo caso de muerte de menores guatemaltecos en custodia federal deja preguntas sin contestar. Pero en especial resalta la decisión de las familias afectadas por la destrucción de las cosechas por cambios en el clima, de escapar con el fin de salvar sus vidas.

Queda para la próxima comentar el fenómeno de la siguiente parada de nuestro recorrido, el departamento de Alta Verapaz, que con su enorme población (la segunda más poblada después del área metropolitana), ha iniciado en los últimos meses a emigrar masivamente hacia Estados Unidos, en un fenómeno que puede anticiparse será en el futuro de proporciones similares a la migración institucionalizada que impera en las comunidades de Huehuetenango, San Marcos, Quiché, y otros del altiplano que le han antecedido.

ESCRITO POR:

Pedro Pablo Solares

Especialista en migración de guatemaltecos en Estados Unidos. Creador de redes de contacto con comunidades migrantes, asesor para proyectos de aplicación pública y privada. Abogado de formación.

ARCHIVADO EN: