SI ME PERMITE

Quien se refugia en la música nunca está solo

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“La música es el lenguaje del espíritu. Abre el secreto de la vida, trayendo la paz y aboliendo los conflictos”. Kahlil Gibran

Indudablemente, el poder hablar y escribir nos ayuda a comunicarnos con los que nos rodean y con todas las personas con las que en un momento dado queremos entablar alguna relación. Pero cuando podemos usar la música, ya sea para expresar nuestros sentimientos o para un momento de soledad, nos damos cuenta de que no estamos completamente solos, podemos convivir con nosotros mismos en la dimensión más saludable posible.

' En esta vida incluso el aire en su brisa, cuando pasa, deja una melodía para el que la quiere escuchar.

Samuel Berberián

Entendiendo la diversidad que hay en la música, esto nos ayuda a ubicarnos con aquella que no simplemente nos gusta, sino también nos identifica. Por lo mismo, muchos de los que nos conocen saben muy acertadamente escoger la música con la que nos identificamos, y cuando están con nosotros ponen la música que nos gusta o bien nos regalan grabaciones de nuestro agrado.

Si uno como individuo sabe gratificar su paladar por un proceso formativo, de igual manera lo hace con el oído, cuando se tiene que escoger la música. Por ello muchos logran esconderse en la música, pero es mucho más sano cuando lo expresamos y con ese modo ampliamos el círculo de nuestras relaciones, por la afinidad musical. Por lo mismo, es lamentable que haya quienes critican o desprecian algún estilo musical, posiblemente no es del agrado de uno, pero otros lo disfrutan y llega a ser el mejor remedio para algunos casos en los cuales uno tiene que vivir.

Es recomendable que en el proceso formativo de la vida pueda ser ayudado por los mayores que lo rodean a uno para poder tener alternativas para escuchar todo tipo de música hasta poder escoger lo que puede gustarle a uno, y esa experiencia formará en cada uno de nosotros la identidad necesaria con la que viviremos el resto de la vida. Por lo mismo, no es recomendable que los niños, cuando aún son muy pequeños, no estén en un absoluto silencio. Una música suave y apropiada muchas veces incluso ayuda para que el bebé pueda dormir y descansar.

Muchísimas veces se comete el error de imponer un género de música, y esto no solo no es sano, sino tampoco es correcto, porque de esa manera se crea un rechazo, pero cuando en la diversidad que nos rodea tenemos la oportunidad de escoger, no solo es más gratificante, sino que me permite tener argumentos de por qué tengo la inclinación a ese género de música.

Si únicamente pudiéramos pensar unos minutos cómo sería nuestro entorno sin música, nos ayudaría a entender lo valioso que la música es para la vida cotidiana que nos toca vivir. Con el simple detalle de reflexionar en el hecho que nuestro entorno, siempre está inmerso en la música, sea cuando sopla el viento y la melodía que esto genera, o bien cuando se inicia la lluvia y juntamente con el agua que viene hay sonidos que armonizan, sea esta una lluvia suave o cuando los aguaceros caen estrepitosamente; la melodía es radicalmente diferente.

Por lo mismo, el ser humano, mientras esté a su alcance, usualmente disfruta y hace con más placer las tareas que son monótonas y cotidianas con el acompañamiento de la música. Claro está, y es de respetarse, que por la diversidad que en la vida representamos hay excepciones y se aceptan. Pero el valor máximo es el poder escoger la música que me agrada y me permito ser acompañado por ella.

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.